Un equipo internacional de astrónomos logró observar por primera vez en el universo temprano la luz estelar de galaxias que albergan un agujero negro supermasivo activo, conocido como cuásar, informa el Instituto Max Planck de Astronomía (Alemania).
Durante su investigación, los científicos utilizaron la cámara de infrarrojo cercano del telescopio James Webb para observar durante dos horas los cuásares J2236+0032 y J2255+0251, situados a 12.900 y 12.800 millones de años luz, respectivamente.
Según estiman los expertos, los eventos que observaron ocurrieron entre 870 y 880 millones de años después del Big Bang, es decir, cuando el universo tenía menos del 10 % de su edad actual, estimada en 13.798 millones de años.
Revelando antiguas galaxias
Luego de separar los espectros de luz producidos por los cuásares y las estrellas, los astrónomos consiguieron observar por primera vez la luz producida por una galaxia del universo temprano que alberga un agujero negro supermasivo.
Del mismo modo, los académicos lograron calcular la velocidad a la que orbita el gas alrededor de los agujeros negros, con lo que estiman que el J2236+0032 cuenta con una masa de 1.400 millones de masas solares, mientras que la del J2255+0251 asciende a 200 millones. En comparación, nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene una masa de 4 millones de unidades.
Los cuásares son algunos de los objetos más brillantes del universo, capaces de eclipsar a galaxias enteras con la gran cantidad de energía liberada en forma de ondas de radio, luz en distintos espectros y rayos X a medida que los agujeros negros supermasivos absorben materia.
Uno de los hallazgos más destacados, señalan los autores, es que en las primeras galaxias del universo existe un correlación directa entre la masa de los agujeros negros supermasivos que albergan y la masa total de estrellas que contienen, una característica presente en las galaxias modernas.