Para expiar sus pecados o probar adrenalina, decenas de personas se azotan con penes de toro secos en San Juan de Oriente, al sur de Nicaragua, en el marco de una tradición religiosa de cuatro siglos de antigüedad con la que se celebra el día de San Juan Bautista.
La danza es conocida como “Los Chinegros”, que consiste en hacer una rueda con espectadores para que dos personas se batan con “chilillos” elaborados con el pene disecado de un toro.
De esa manera y para pagar milagros y favores recibidos, San Juan Bautista es venerado y adorado en este pueblo de origen indígena, que data de 1585.
Los oponentes se dan latigazos sin ninguna protección, que en ocasiones los dejan con la piel desprendida, con moretones y ensangrentados.
“Nosotros, como sanjuanenses, no lo vemos de una manera violenta, sino una forma de celebrar a nuestro patrón”, explicó a EFE Julio César Potosme, quien lleva más de 20 años participando de estas festividades religiosas y populares.
Sin embargo, existen reglas no escritas en esa danza violenta, de honor, como no apuntar hacia el rostro o debajo de la cintura, dar las mismas oportunidades de ataque a tu contrincante, y detenerse cuando el rival abandone la posición de ataque. Si uno las viola, los espectadores interrumpen la acción.
En la batalla tiene más ventaja el que ejecuta sus movimientos de ataque y defensa con mayor rapidez, y cualquier rival que sea zurdo.