Prigozhin llega a Bielorrusia y Putin asegura que evitó una "guerra civil"

Prigozhin llega a Bielorrusia y Putin asegura que evitó una "guerra civil"

Bielorrusia anunció este martes la jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, como parte de un acuerdo que puso fin a su rebelión en Rusia, donde Vladimir Putin aseguró haber evitado una “guerra civil”.

Según el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, Prigozhin llegó o está a un punto de llegar a esta exrepública soviética, principal aliada de Rusia en el conflicto de Ucrania.

“Veo que Prigozhin ya está viajando en avión. Sí, efectivamente, hoy está en Bielorrusia”, declaró a la agencia oficial de noticias Belta, sin que se sepa el momento en el cual el jefe de la milicia de mercenarios puso o pondrá el pie en Bielorrusia.

El jefe de Wagner estaba desaparecido desde el fin de su rebelión el sábado por la noche contra los mandos del ejército regular ruso, a los que acusaba de haber bombardeado sus posiciones.

Los milicianos tomaron bases militares e iniciaron una marcha hacia Moscú desde el sudoeste de Rusia, cerca de la frontera con Ucrania, donde participaron en los últimos meses en despiadados combates.

Pero repentinamente frenaron su avance y se replegaron a sus bases.

Vladimir Putin agradeció el martes a los militares que, según dijo, impidieron una “guerra civil”.

“Ustedes se opusieron a estos disturbios, cuyo resultado habría sido inevitablemente el caos”, destacó el mandatario ruso en una ceremonia con militares en Moscú.

Putin observó un minuto de silencio en homenaje a los pilotos del ejército abatidos por los amotinados cuando “cumplían con honor su deber”.

Las autoridades rusas aseguraron que la crisis interna no afectaría en nada su determinación de proseguir los objetivos de la intervención militar en Ucrania, lanzada en febrero de 2022.

Restaurante bombardeado

Dos cohetes impactaron el martes en un popular restaurante de la ciudad ucraniana de Kramatorsk (este), en el este, dejando al menos dos muertos y 42 heridos, según las autoridades de Kiev.

Un reportero de AFP vio un importante despliegue de ambulancias, policías y militares, así como numerosos vecinos concentrados frente al restaurante bombardeado, Ria Pizza.

Un cocinero cubierto de polvo, Roslan, de 32 años, indicó que en el momento del ataque “había bastante gente” en el restaurante y señalándose a sí mismo, agregó: “tuve suerte”.

Kramatorsk, una ciudad de 150.000 habitantes antes de la guerra, es el último gran centro urbano bajo control ucraniano en el este el país y se halla a unos 30 km de la línea de frente.

Ucrania, con apoyo financiero y de material militar de las potencias occidentales, lanzó hace unas semanas una contraofensiva para tratar de recuperar territorios tomaos por Rusia.

Estados Unidos anunció el martes un paquete adicional de 500 millones de dólares en armamento para reforzar la contraofensiva de Kiev, que incluiría una cincuentena de vehículos blindados y municiones de precisión para los sistemas de defensa antiaérea Patriot y de artillería Himars.

El enviado del papa Francisco para la paz en Ucrania, el cardenal Matteo Zuppi, viajará el miércoles y el jueves a Moscú, según el Vaticano.

Desarmar a Wagner

El ministerio de Defensa ruso anunció el martes preparativos para “la transferencia del equipo militar pesado de Wagner a unidades activas de las fuerzas armadas” regulares.

Una medida que parece destinada a neutralizar a la milicia que hasta ahora actuaba siguiendo instrucciones del Kremlin en Ucrania, Siria y en varios países africanos.

Aunque las autoridades rusas negaron muchas veces cualquier relación con Wagner, Putin afirmó el martes que el Estado había “financiado completamente” a este ejército privado, pagándole más de mil millones de dólares el año pasado.

Putin había denunciado el lunes denunció la “traición” de Prigozhin, al tiempo que aseguró que los miembros de Wagner podrían unirse al ejército regular o ir a Bielorrusia.

Lukashenko, que ofició de mediador en la crisis, en una crítica velada a Putin dijo que la rebelión era consecuencia de la mala gestión de las rivalidades entre Wagner y el ejército ruso.

“La situación se nos fue de las manos”, señaló el líder bielorruso.

Varios líderes y analistas occidentales creen que Putin sale de esta crisis muy debilitado.

Con su ofensiva en Ucrania, “Putin también está poniendo en peligro la seguridad de su propio país”, dijo el martes la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock.

Pero según el Kremlin, la rebelión condujo por el contrario a la sociedad rusa a “consolidarse en torno al presidente”. “El ejército y el pueblo no estaban del lado” de los amotinados, según Putin.

Los servicios de seguridad (FSB) anunciaron el martes que habían abandonado los cargos judiciales contra Wagner por “motín armado”, en una posible señal de acuerdo entre Prigozhin y el Kremlin.

Según el encarcelado opositor ruso Alexéi Navalni, la rebelión de Wagner demuestra que el poder de Putin es una “amenaza para Rusia”. “Es tan peligroso para el país que incluso su inevitable colapso representa una amenaza de guerra civil”, afirmó.