La “producción barata, rápida y fácil” de las drogas sintéticas ha transformado profundamente numerosos mercados en el mundo, informó la ONU el domingo, que alertó de “consecuencias desastrosas”.
El fentanilo, un opiáceo sintético 50 veces más potente que la heroína, “ha modificado radicalmente el consumo de opioides en América del Norte”, escribió la Oficina de la ONU contra la Droga y el Crimen (ONUDC) en un comunicado que acompaña la publicación de su informe anual.
En 2021, la mayoría de las muertes por sobredosis en Norteamérica se atribuyen a esa droga, cuya producción podría aumentar.
El organismo con sede en Viena, Austria, alerta sobre el impacto de la guerra en Ucrania, con “algunas señales de que podría desencadenar una expansión del tráfico de drogas sintéticas, dados los conocimientos técnicos existentes y los grandes mercados que se están desarrollando en la zona”.
Destaca también las consecuencias ambientales de la producción de drogas, como el caso de la Amazonía, donde el cultivo de la droga con su “oferta récord” y sus “redes cada vez más ágiles” está “agravando las actividades delictivas” como la deforestación ilegal y el tráfico de especies silvestres.
La ONUDC cita también la situación en Afganistán, donde la disminución prevista del cultivo de amapola de opio como consecuencia de su prohibición por los talibanes podría provocar un desplazamiento hacia la producción de metanfetaminas.
Ese país ya es uno de los mayores productores de ese estimulante adictivo que es la “principal droga sintética fabricada ilegalmente en el mundo”.
“Debemos intensificar la lucha contra los traficantes que explotan los conflictos y las crisis mundiales para expandir la producción de drogas, en especial las sustancias sintéticas”, declaró Ghada Waly, directora ejecutiva de ONUDC, citada en el comunicado.
A nivel mundial, “más de 296 millones de personas consumieron drogas en 2021, un aumento de 23% en 10 años”, siendo el cannabis la droga más consumida, según el organismo.
Más aún, el número de personas que sufren trastornos relacionados con las drogas ha aumentado 45% en el mismo período, pero solo una de cada cinco personas recibe tratamiento.