Más de un siglo después de su hundimiento, el “Titanic” sigue generando teorías y leyendas inverosímiles, como la que afirma que no se hundió, reavivadas esta semana por la desaparición de un sumergible que iba a visitar los restos del transatlántico en el fondo del mar.
La extravagancia del “Titanic” y su trágica historia ha inspirado tanto a Hollywood como a la literatura y ha hecho soñar o emocionarse a millones de personas en todo el mundo.
La trágica expedición de un sumergible que partió a visitar los restos del “Titanic”, seguida por medios de todo el mundo, reavivó de nuevo las teorías sobre el transatlántico. Las cinco personas a bordo murieron por la implosión de la nave, anunció el jueves la Guardia Costera de Estados Unidos.
Entre todas las teorías, la más inquietante pone en duda el hundimiento del barco, el 12 de abril de 1912 en las heladas aguas del Atlántico Norte, y la desaparición de cientos de sus pasajeros.
“El Titanic nunca se hundió realmente”, afirma un video en TikTok titulado “The Deep Dive” (“Buceo en aguas profundas”) con más de cuatro millones de visualizaciones.
“Todo el mundo conoce la historia de este barco imparable que se hundió después de chocar contra un iceberg, pero puede no ser el caso”, dice el vídeo, que asegura que el “Titanic” fue intercambiado con otro transatlántico, el “Olympic”.
El video alude a la teoría según la cual la compañía que construyó el transatlántico habría hundido deliberadamente el “Olympic”, otro barco de su flota, como parte de un fraude de seguros.
Plataforma de desinformación
El algoritmo de TikTok y su sistema de recomendaciones convierten a esta red social en una plataforma para propagar teorías de la conspiración, explican los expertos.
“Facilita la difusión de este tipo de contenido”, dice a la AFP Megan Brown, investigadora del Centro de Redes Sociales y Política de la Universidad de Nueva York.
Aunque la plataforma asegura eliminar el contenido que puede causar un “daño significativo” a las personas o a la sociedad (como la violencia o el acoso), permite circular otro tipo de información aparentemente inocua.
Según los investigadores, el gran dilema de las redes sociales es luchar contra la desinformación sin dar la impresión a los usuarios de restringir su libertad de expresión.
Los historiadores temen que las teorías de conspiración afecten a toda una generación de jóvenes, para quienes plataformas como TikTok son a menudo la única fuente de información.
“Lo triste es que muchos de los que siguen estas cosas son adolescentes”, lamenta Charles A. Haas, fundador de la Titanic International Society, que se dedica a la investigación del transatlántico.
“No están dispuestos en absoluto a hacer una investigación” de verdad, dijo Haas en las columnas de The New York Times.
Los jóvenes se informan cada vez más a través de los influencers de TikTok y no de los medios, según un informe publicado en junio por el Instituto Reuters, con sede en el Reino Unido.
Según este informe, el 55% de los usuarios de TikTok y Snapchat y el 52% de los usuarios de Instagram se informan a partir de “personalidades” de internet, frente a una horquilla de entre 33 y 42% que prefieren las cuentas de los medios de comunicación y los periodistas en esas mismas plataformas.
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