El Senado de Estados Unidos adoptó este jueves un tratado fiscal con Chile, un país rico en litio, para evitar la doble tributación y no quedar en desventaja con China.
En un momento en el que los países compiten por el litio, un metal importante para los teléfonos inteligentes y las baterías, muchas empresas estadounidenses han aumentado su presencia en Chile, pero hasta ahora se veían sometidas a una doble tributación.
El Senado aprobó el convenio, que se tramitaba desde hace más de una década, por 95 votos a favor y 2 en contra.
En un video colgado en Twitter, el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alberto van Klaveren, explicó que el acuerdo “va a representar un incentivo” para que empresas estadounidenses puedan invertir en sectores innovadores como el energético.
El líder de la mayoría demócrata del Senado estadounidense, Chuck Schumer, se reunió con él y con el embajador chileno en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, antes de la votación.
“Este tratado no está recibiendo mucha atención, pero es una de las cosas más importantes que estamos haciendo en el Senado en el último mes, en los últimos meses”, aseguró Schumer, en referencia a su relevancia en la lucha contra el cambio climático, las tecnologías limpias y las baterías de vehículos eléctricos.
Para Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, “representa otro paso significativo hacia la igualdad de condiciones económicas para las empresas estadounidenses y el fortalecimiento de los lazos” con uno de los “socios democráticos más fuertes en las Américas”.
Menéndez formó parte de una delegación del Congreso que viajó a Chile este año.
Para Washington se trata de no quedarse rezagado frente a China, un socio comercial clave en la región y que posee un tratado tributario con Chile. Y de mejorar su acceso al litio, conocido como el oro blanco y vital ahora que el mundo intenta alejarse de los combustibles fósiles para combatir el cambio climático.
En busca de recursos para sus ambiciosos programas sociales, el gobierno del presidente izquierdista chileno Gabriel Boric trazó una nueva política minera que otorga un papel más importante al Estado en la cadena de producción.