El papa Francisco, operado a principios de junio del abdomen, pronunció la oración del Ángelus el domingo delante de miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro en el Vaticano, y agradeció sus muestras de “afecto” durante su hospitalización.
El pontífice argentino, de 86 años, salió el viernes del hospital Gemelli de Roma tras una decena de días ingresado.
“Deseo expresar mi gratitud a cuantos, en los días de mi ingreso en el Policlínico Gemelli, me han manifestado afecto, preocupación y amistad”, declaró el papa, debilitado desde hace varios años por sus problemas de salud, sobre todo a nivel del intestino y las articulaciones.
“Esta cercanía humana y espiritual ha sido para mí de gran ayuda y consuelo”, aseguró, entre los aplausos de la muchedumbre.
El papa, que en muchas oportunidades manifestó su preocupación por los dramas vinculados a las migraciones, reiteró su “gran tristeza y mucho dolor” tras el naufragio en Grecia esta semana de un barco pesquero repleto de migrantes que dejó al menos 78 muertos y numerosos desaparecidos.
“Parece que el mar estaba calmado. Renuevo mi oración por los que han perdido la vida e imploro que siempre se haga todo lo posible para prevenir tragedias similares”, dijo.
Francisco también tuvo palabras por el ataque en la noche del viernes de un grupo rebelde de filiación yihadista contra una escuela de educación secundaria en Uganda, que dejó al menos 41 muertos, la mayoría estudiantes.
“Rezo por los jóvenes estudiantes víctimas del ataque brutal cometido contra una escuela en el oeste de Uganda”, país de mayoría cristiana, declaró el sumo pontífice, tras el rezo del Ángelus.
“Esta lucha, esta guerra en todas partes. Recemos por la paz”, añadió.
El papa, que cada vez más de desplaza en silla de ruedas o con un bastón, apareció en buena forma, en la ventana de sus apartamentos del Palacio Apostólico.
Aunque ha retomado su agenda, algunos de sus actos han sido anulados, como su próxima audiencia semanal del miércoles.