Pese a la prohibición de manifestarse, cientos de militantes sindicales marroquíes denunciaron este domingo en Casablanca “la carestía de vida” y “la inacción del gobierno”, constataron periodistas de AFP.
“Estamos aquí para expresar nuestro descontento con la subida de precios y los ataques al poder adquisitivo”, explicó Abdellah Lagbouri, que vino de Agadir a Casablanca y milita en la Confederación Democrática del Trabajo (CDT).
“Es una vergüenza, la subsistencia de los trabajadores está en peligro”, protestaron los manifestantes.
Inicialmente, la CDT quería organizar una marcha nacional en Casablanca, pero el cortejo fue prohibido por las autoridades locales, indicó Tarik Alaoui El Housseini, miembro del consejo nacional de la CDT.
Finalmente, “nos hemos limitado a una sentada”, indicó.
La concentración se desarrolló sin incidentes destacados, más allá de algunos empujones con las fuerzas del orden.
Marruecos ha experimentado en los últimos meses una fuerte subida de precios, en particular en los alimentos, lo que pesa especialmente en las familias más modestas.
La inflación se ralentizó ligeramente en abril, cuando marcó un 7,8% interanual, después de alcanzar un 10,1% en febrero y un 8,2% en marzo, según datos oficiales.
Pero el incremento del precio de los alimentos sigue siendo elevado, en un 16,3% interanual.
La inflación se explica en parte por la falta de lluvias, que afecta al sector agrícola, uno de los pilares de la economía marroquí.
La CDT denuncia también “la inacción del gobierno, que no aplicó el acuerdo social cerrado el año pasado”, según Nadia Soubat, del buró ejecutivo de este sindicato de izquierdas.
El ejecutivo firmó en abril de 2022 un “acuerdo social” con los principales sindicatos y la patronal, que prevé entre sus medidas un aumento del salario mínimo en el sector público y también en el privado.
El portavoz del gobierno, Mustafa Baitas, aseguró recientemente que el ejecutivo “cumplió gran parte de sus compromisos pese a la difícil coyuntura”.