Erdogan se impone en la segunda vuelta de presidenciales en Turquía

Erdogan se impone en la segunda vuelta de presidenciales en Turquía

El presidente saliente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se impuso este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, un resultado que confirma su permanencia en el poder hasta 2028 después de dos décadas al mando del país.

“Nuestra nación nos ha confiado la responsabilidad de gobernar el país durante los próximos cinco años”, dijo Erdogan, de 69 años, a sus seguidores desde lo alto de un autobús en su distrito natal en Estambul.

El jefe de la comisión electoral turca lo declaró como vencedor de los comicios, aunque los resultados definitivos no se anunciarán hasta inicios de semana.

Tras el conteo del 99,7% de los votos, según la agencia oficial Anadolu, Erdogan, al frente del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador), alcanza el 52,1% de los sufragios, frente al 47,9% para su rival, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu.

Los resultados confirman los pronósticos para esta segunda vuelta, en que el presidente saliente llegaba como favorito, pese al deseo de cambio de una parte del electorado, la inflación galopante y las denuncias de las restricciones de las libertades en un país en que hay decenas de miles de opositores presos o exiliados.

En la primera vuelta celebrada el 14 de mayo, Erdogan ya había quedado en primer lugar con 49,5% de los sufragios frente al 45% de su rival.

Por primera vez en la historia de Turquía, se celebró una segunda vuelta.

“Ha llegado el momento de dejar de lado las disputas de la campaña electoral y de lograr la unidad y la solidaridad alrededor de nuestros sueños como nación”, dijo el presidente ante sus simpatizantes concentrados delante del palacio presidencial en Ankara, después de que se confirmara su victoria.

Los partidarios de Erdogan proyectaron en Estambul dos imágenes gigantes: una del presidente y otra de Mustafá Kemal Atatürk, el fundador de la República turca.

“Estamos contentos, Dios cumplió con nuestros deseos. Erdogan es un gran líder y muy potente. Hizo mucho para hacer progresar a Turquía”, aseguraba Soner Ceylan, de 52 años, simpatizante del presidente.

También se produjeron concentraciones espontáneas para celebrar la victoria en otras ciudades, sobre todo en la región de Anatolia, en el centro del país.

El candidato opositor, que preside el Partido Republicano del Pueblo (CHP, laico) y aglutina a una coalición de seis partidos, reconoció su derrota.

“Estoy profundamente triste por las dificultades que le esperan al país”, declaró desde la sede de su partido en Ankara.

  • Rol geopolítico clave –
    Los comicios en Turquía, de 85 millones de habitantes y miembro de la OTAN, fueron observados de cerca tanto por las potencias occidentales como por los países de Oriente Medio debido a su papel geopolítico clave.

El presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó por su victoria a Erdogan, quien adoptó una posición equidistante en la guerra de Ucrania pese a formar parte de la Alianza Atlántica.

“Su victoria en estas elecciones es (…) una clara prueba del apoyo del pueblo turco a sus esfuerzos por fortalecer la soberanía del Estado y seguir una política exterior independiente”, dijo Putin, según declaraciones publicadas en la página web del Kremlin.

“Espero que continuemos trabajando juntos como aliados de la OTAN en asuntos bilaterales y que tengamos los mismos desafíos globales”, reaccionó, por su lado, el presidente estadounidense, Joe Biden, en un mensaje en Twitter.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, también felicitó al líder del AKP: “Esperamos un mayor (…) fortalecimiento de la cooperación para la seguridad y la estabilidad de Europa”, afirmó Zelenski en un mensaje en Twitter.

Lo mismo hicieron otros dirigentes europeos, como el presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, o el primer ministro británico, Rishi Sunak. Pero también latinoamericanos como el venezolano Nicolás Maduro y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

  • Un país dividido –
    Erdogan encarna para muchos votantes turcos la promesa de estabilidad, pese a la polarización en el país durante la campaña.

Incluso en las zonas arrasadas por el terremoto del 6 de febrero, los votantes entregaron masivamente su apoyo al presidente, que multiplicó sus promesas sobre la reconstrucción.

“Erdogan supo jugar la carta del nacionalismo con gran habilidad, mientras que la oposición no supo proponer una alternativa creíble”, explicó Galip Dalay, un investigador asociado al Middel East Council on Global Affairs.

El aspirante socialdemócrata, de 74 años, lideró una coalición heterogénea de partidos, que abarca desde la derecha nacionalista hasta el centro-izquierda liberal y que recibió el respaldo del partido prokurdo HDP.

Esto le valió críticas de Erdogan que califica a la oposición como “terrorista”, debido al apoyo de la formación prokurda.

En la primera vuelta, hubo numerosas impugnaciones verbales de la oposición, que esta vez tuvieron que colocar a cinco observados en cada urna, una movilización de un millón de personas.

Los testimonios de distintos votantes entrevistados por la AFP en los colegios electorales reflejanban la fuerte división en el país.

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