Demócratas y republicanos parecen acercarse el viernes a un acuerdo para aumentar el tope de la deuda estadounidense y evitar así que en cuestión de días la mayor economía del mundo quede imposibilitada de honrar sus compromisos y se arriesgue a un default.
A medida que se acerca la fecha límite, actualizado este viernes por el Tesoro al 5 de junio, cuando el Gobierno comenzaría a quedarse corto de fondos, en Washington se vislumbra un acuerdo político que permita destrabar una votación en el Congreso, responsable de incrementar la capacidad de endeudamiento del país.
“Basados en los últimos datos disponibles, estimamos ahora que el Tesoro tendrá recursos insuficientes para satisfacer las obligaciones del gobierno si el Congreso no aumentó o supendió el techo de la deuda, el 5 de junio”, escribió la secretaria del Tesoro en una carta al líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
Según informes de prensa no confirmados, el acuerdo que se perfila permitirá que no haya un episodio similar al actual antes de las elecciones presidenciales del año que viene.
McCarthy dijo a periodistas el jueves que los negociadores habían “hecho progresos” pero añadió: “Nada está acordado hasta que todo esté acordado.”
“Aprobamos un proyecto. Nadie más en Washington lo hizo. Eleva el límite de la deuda, frena nuestro gasto, devuelve nuestro malgastado dinero y libera lo que nos está frenando”, añadió.
Es cada vez mayor la presión por algún tipo de pacto que permita al gobierno endeudarse más para afrontar los compromisos existentes.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, pidió este viernes alcanzar una solución “lo mas rápido posible”.
“La experiencia nos muestra que hay que llegar casi al límite para encontrar una solución”, dijo en una conferencia de prensa. “Terminar con un resultado positivo es primordial desde el punto de vista mundial”, sostuvo al presentar un informe que movió de 1,6% a 1,7% la previsión de crecimiento económico para Estados Unidos este año.
Debido a que el lunes será feriado en Estados Unidos por el Memorial Day, miembros del Congresos se fueron de Washington por 10 días. Y, para consternación de los demócratas, el propio Biden se dirigirá a la residencia oficial de descanso de Camp David y luego a su casa en Delaware.
No obstante, Wally Adeyemo, subsecretario del Tesoro, dijo a CNN que tanto Biden como McCarthy están centrados en evitar la catástrofe.
“El presidente lo ha decidido, el speaker [McCarthy] lo ha dicho: tenemos que conseguir algo antes de junio”, enfatizó Adeyemo.
“No habrá default”, dijo Biden el jueves.
La economía de rehén
Aumentar el tope de la deuda es una maniobra contable que suele aprobarse sin grandes controversias. Permite al gobierno seguir pidiendo dinero prestado para pagar facturas ya contraídas.
La Casa Blanca acusa a la oposición republicana, que controla la Cámara de Representantes, de tomar a la economía como rehén.
El líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries, acusó el jueves a los republicanos de arriesgarse a “un peligroso default en una crisis que ellos mismos crearon”.
Los economistas llevan meses hablando de una catástrofe económica si el gobierno deja de pagar. Y hasta altos mandos militares dieron su propio pronóstico el jueves al advertir que la crisis tendría un “impacto negativo significativo” en las tropas.
“La preparación claramente se vería afectada. Así que nuestros ejercicios a gran escala se demorarían o se detendrían en muchos casos”, explicó Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, a periodistas.
McCarthy exige que los representantes deban volver de urgencia a Washington si se cierra un acuerdo y hay que votarlo en la Cámara.