Un buceador dedicado a la pesca de langostas fue engullido por una ballena jorobada frente a la costa de Cape Cod (Massachussets) el pasado viernes.
Michael Packard, pescador de 56 años, ha relatado a WTBZ-News que se encontraba buceando en el mar a unos 14 metros de profundidad cuando «de repente sentí un gran golpe y todo se oscureció». Al principio pensó que un tiburón un animal común en las aguas de la zona le había atacado, pero al percatarse de que no notaba contacto con ningún diente y no sentía dolor supo que se trataba de una ballena.
«Al principio pensé que me había atacado un tiburón blanco, pero entonces pensé en los dientes y en que no sentía ningún gran dolor, y entonces me vino a la cabeza: Oh Dios mío. Estoy en una ballena. Estoy en la boca de una ballena y me está intentando tragar. Podía sentir que me desplazaba y los músculos presionando a mi alrededor. Pensé que no lo contaba. ¡Estoy frito. Estoy muerto!… y pensé en mis hijos. Tienen solo 12 y 15 años», manifestó Packard.
Para suerte de Packard, el momento de pánico fue pasajero. El animal decidió escupir al hombre, que salió de tan insólita situación con tan solo unos rasguños. El propio buzo estima que estuvo entre unos 30 y 40 segundos dentro de la boca del animal antes de que verse expulsado de vuelta al mar. Durante ese tiempo, el hombre de 56 años pudo seguir respirando, ya que llevaba el respirador puesto.
«De repente volví a ver luz y noté como la ballena movía la cabeza de un lado a otro, de repente me encontré volando por el aire y aterricé en el agua. Me quedé ahí flotando. No podía creer lo que acababa de ocurrir».
Tan pronto como volvió a la superficie, sus compañeros de tripulación acudieron al rescate. “Vi a Mike salir volando fuera del agua con las aletas por delante y volver a caer a la superficie”, relataba Joe Francis a una cadena de noticias. “Cuando lo sacamos del agua estaba muy nervioso. Joe, he estado en la boca de una ballena, nos dijo”. Los pescadores llevaron a Packard rápidamente a tierra para que fuera atendido en un hospital.
Un hecho poco usual
Charles “Stormy” Mayo, científico senior y experto en ballenas del Centro de Estudios Costeros en Provincetown, explicó que esos encuentros entre humanos y ballenas son raros. En el caso de Michael Packard, la ballena probablemente debía estar alimentándose de peces pequeños y engulló por error a al pescador.
Los expertos coinciden al señalar que es muy poco probable que una ballena jorobada pueda acabar tragando a un hombre. A pesar de sus enormes bocas, sus gargantas no son lo suficientemente grandes como para que una persona entre.
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