Por: JORDI BOU
Por lo menos 883 personas fueron ejecutadas en 2022, un incremento de más de 50% frente al año anterior, dado que varios estados de Oriente Medio intensificaron su uso de la pena de muerte.
Egipto, Irán y Arabia Saudita representaron el 90 % de todas las ejecuciones conocidas.
Irán ejecutó a 576 personas el año pasado (314 en 2021), Arabia Saudita 196 personas (65 en 2021) y Egipto 24 personas. Amnistía señaló que las ejecuciones en Arabia Saudita fueron las más altas registradas en 30 años.
Amnistía también pudo confirmar que se llevaron a cabo ejecuciones en Corea del Norte, Vietnam, Siria y Afganistán, pero no había información suficiente para proporcionar cifras mínimas creíbles.
Los datos sobre la pena de muerte se clasifican en China, lo que, según Amnistía, perjudicó su capacidad para hacer una evaluación precisa sobre las cifras condenadas a muerte en el país.
Casi el 40 % de todas las ejecuciones del año pasado fueron por delitos relacionados con las drogas. Las ejecuciones relacionadas con las drogas son una clara violación del derecho internacional de los derechos humanos, que establece que las ejecuciones solo deben llevarse a cabo por los “delitos más graves” (delitos que implican asesinatos intencionales).