Estados Unidos y Reino Unido anunciaron el viernes nuevas sanciones dirigidas a bloquear la capacidad rusa de proseguir su guerra en Ucrania, horas antes del inicio de la cumbre del G7 en Hiroshima, oeste de Japón.
Todos los Estados miembros del G7 preparan nuevas medidas, y Estados Unidos contribuyen con un paquete “consecuente” de sanciones que “harán más difícil aun para Rusia alimentar su máquina de guerra”, afirmó un alto responsable de la Casa Blanca.
Washington prohibirá concretamente las exportaciones estadounidenses a 70 entidades en Rusia y otros países, agregó.
Además aplicar 300 sanciones contra objetivos diversos y variados, “personas, organizaciones, barcos y aviones”, en Europa, Oriente Medio y Asia.
Por su parte, el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunció que el G7 aplicará sanciones contra el sector mineral ruso, con prohibiciones a la importación de aluminio, diamantes, cobre y níquel.
“Como lo demuestran las sanciones anunciadas hoy, el G7 continúa unido ante la amenaza de Rusia y firme en nuestro apoyo a Ucrania”, declaró Sunak, en Hiroshima.
El comercio de diamantes rusos está valorado en 4.000 a 5.000 millones de dólares anuales, y es una importante fuente de impuestos para el Kremlin.
Los países occidentales han aplicado una serie de sanciones sin precedentes contra Rusia desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022, para reducir los ingresos generados por los hidrocarburos y desorganizar su industria de defensa.
Su preocupación ahora es impedir a Rusia que eluda las sanciones, y las últimas medidas estadounidenses también tienen por objetivo reducir la posibilidad de que eso ocurra.
Estados Unidos busca “presionar el sector financiero ruso y la capacidad rusa de producción de energía a mediano y largo plazo”, señaló el alto responsable de la Casa Blanca.
Se trata también de “mantener la congelación de los activos soberanos” rusos.
Llegan los líderes del G7
Los líderes del G7 comenzaron a llegar el jueves a Japón para la cumbre en Hiroshima centrada en debatir un endurecimiento de las sanciones contra Rusia y evaluar medidas de protección frente la “coerción económica” de China.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, recibe a los gobernantes de las otras seis economías más avanzadas del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y Reino Unido) en Hiroshima, una ciudad símbolo de la destrucción nuclear.
En la cumbre de este viernes, los líderes intentarán forjar un frente unido ante Rusia y China y abordarán otros temas urgentes, pero en los que no hay consenso en el grupo.
En la cumbre también participa la Unión Europea (UE) y Japón invitó además a India, Brasil e Indonesia, entre otros, buscando acercarse a países en desarrollo donde China realiza cuantiosas inversiones.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó a Hiroshima el jueves y se convirtió en el segundo mandatario de su país, después de Barack Obama, en visitar esta ciudad arrasada por una bomba atómica lanzada por Washington en 1945.
“Nosotros resguardamos los valores compartidos incluyendo el apoyo al pueblo de Ucrania que defiende su soberanía territorial y lucha para que Rusia sea responsabilizada por su brutal agresión”, dijo Biden al reunirse con Kishida.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tiene previsto dirigirse al grupo por videoconferencia.
El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, dijo a la prensa que el tema es evitar que las sanciones sean eludidas.
Sombra nuclear
Las reiteradas amenazas de Putin de usar armas nucleares han sido condenadas por el G7 y desestimadas por algunos analistas, que creen que buscan socavar el apoyo internacional a Ucrania.
La visita de los líderes al Parque Memorial por la Paz de Hiroshima el viernes podría poner en relieve esta amenaza, ya que el sitio es un recordatorio de la bomba nuclear lanzada contra la ciudad en 1945 y que provocó cerca de 140.000 muertos.
Se espera que las conversaciones sobre China estén centradas en los esfuerzos para proteger a las economías del G7 mediante una diversificación de las cadenas de suministro y los mercados.
En sus disputas con países como Australia y Canadá, el presidente chino, Xi Jinping, se ha mostrado dispuesto a bloquear o frenar el comercio y establecer gravámenes con poca antelación y sin explicaciones.
Estados Unidos adoptó una postura agresiva al bloquear el acceso a China a los semiconductores más avanzados.
Pero los europeos, en especial Alemania y Francia, quieren asegurar que estas medidas no impliquen romper vínculos con China, uno de los mercados más grandes del mundo.