Apenas han pasado 48 horas desde que el rey Carlos III se coronó como rey de la monarquía británica: un evento histórico seguido en el Reino Unido, a través de la cadena británica BBC, por más de 15 millones de personas. A esta cifra hay que sumar los miles de personas que se echaron a las calles londinenses para ver en primera persona el desfile del flamante soberano. Tres días de actos oficiales que han terminado con un lunes de festivo nacional y esa misma mañana, con The Big Help Out, el evento en homenaje al voluntariado.
Como broche final a las celebraciones, la casa real británica ha publicado a través de sus redes sociales el retrato oficial de Carlos III como rey. Una imagen tomada el mismo día de su coronación, el sábado, en la sala del trono del palacio de Buckingham, su residencia oficial en Londres. Poco después, se ha difundido el primer retrato oficial de ambos monarcas. Junto a las fotografías, un mensaje en el que el rey ha calificado como “el mayor regalo de coronación posible” el apoyo recibido.
El fotógrafo encargado del retrato oficial de Carlos III coronado ha sido, tal y como ya se sabía, Hugo Burnand. Él también se encargó de captar en imágenes todo lo que sucedió el día de la coronación. Muy vinculado a la familia real británica, también fue el responsable de las fotografías oficiales de Carlos y Camila, que se publicaron en los días previos a la ceremonia.
Pero esta no era la primera vez que Burnand trabajaba junto a los monarcas. Su primer encargo fue en abril de 2005, para la boda de quien en ese momento era el príncipe de Gales y la verdadera mujer de su vida, Camila Parker-Bowles. También fue él quien hizo las fotografías en el enlace de Guillermo y Kate Middleton, en 2011. Y estuvo encargado del retrato oficial de Carlos por su 60º cumpleaños.
En la foto difundida este lunes, Carlos III aparece sentado en el trono de 1902 que Jorge V y la reina María de Teck utilizaron durante la coronación de Eduardo VII. Posa con tres de los elementos más importantes que ya utilizó en la ceremonia de coronación. Se trata de objetos seculares a la par que sagrados, y que simbolizan el servicio y las responsabilidades del monarca. Objetos que han sido usados a lo largo de los siglos y que también llevó su madre, la reina Isabel II, en el retrato oficial tras su coronación en junio de 1953.
Sobre su cabeza, la corona del Estado imperial —en lugar de la de San Eduardo, con la que fue coronado en la abadía—. Una joya embellecida con 2.901 piedras preciosas, y que es la misma que lució Carlos de Inglaterra durante la procesión de la coronación, el desfile por las calles de Londres que lo llevó de Westminster hasta el palacio de Buckingham, terminadas las dos horas de ceremonia en la abadía. En su mano izquierda sostiene el orbe del soberano.
La pieza fue elaborada en oro en el siglo XVII, y está dividida en tres secciones con bandas de piedras preciosas simbolizando los tres continentes conocidos en la época medieval. Por último, en la mano derecha muestra el cetro del soberano con cruz, una pieza que tiene incrustado el que es uno de los diamantes más grandes del mundo, el Cullinan I, de 530.2 quilates.
Este cetro representa el poder temporal del soberano y se asocia con el buen gobierno. Se hizo originalmente para Carlos II, pero ha sufrido una serie de alteraciones; siendo la más significativa la modificación que protagonizó en 1910, cuando se le incorporó el gran diamante Cullinan.
Carlos III lleva además la llamada Robe of Estate (túnica de bienes). Se trata de una prenda que fue confeccionada para la coronación de su abuelo, Jorge VI, en 1937. Está hecha de seda morada y terciopelo bordado con elementos dorados y rematada con piel de armiño. La misma túnica con la que, ya coronado, salió el sábado de la abadía de Westminster.
Poco después de difundir la foto del rey en solitario, han hecho público un segundo retrato en el que aparece Carlos III junto a Camila. Una foto en la que la reina consorte posa de pie en la Green Drawing Room de Buckingham y luce la corona de María de Teck con la que fue coronada en la abadía de Westminster y su Robe of Estate, hecha para la ocasión. Acompañando la fotografía, han querido lanzar un mensaje de agradecimiento:
“A medida que el fin de semana de la coronación llega a su fin, mi esposa y yo solo queremos compartir nuestro más sincero y honesto agradecimiento a todos aquellos que ayudaron a hacer de esta una ocasión tan especial”.
Y continúan: “Rendimos un homenaje especial a las innumerables personas que han dedicado su tiempo y sus esfuerzos a garantizar que las celebraciones en Londres, Windsor y otros lugares fueran lo más felices, seguras y agradables posible. A quienes se unieron a las celebraciones —ya sea en casa, en fiestas callejeras y almuerzos, o como voluntarios en las comunidades—, os damos las gracias, a todos y cada uno de vosotros. Saber que contamos con vuestro apoyo y aliento, y ser testigo de vuestra amabilidad expresada de tantas maneras diferentes, ha sido el mayor regalo de coronación posible, ya que ahora dedicamos nuestras vidas a servir a la gente del Reino Unido, los Reinos y la Commonwealth”. El rey firma su mensaje como Charles R.
En los retratos oficiales difundidos este lunes, Carlos III vuelve a dejar claro cuál es el núcleo duro de la monarquía británica. En la foto de familia no aparecen ni su hijo menor, Enrique de Inglaterra —que abandonó Londres camino de California nada más terminar la coronación—, ni su hermano, el príncipe Andrés, apartado de las funciones públicas de la monarquía por su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein.
Tan solo posan los miembros activos de la familia real. Quienes acompañan a los reyes son los mismos integrantes de los Windsor que ya salieron a saludar al balcón de Buckingham el día de la coronación.
En la foto oficial, acompañan a los monarcas, desde la izquierda: el duque de Kent, los duques de Gloucester, la princesa Ana (hermana de Carlos) y su marido, Sir Tim Laurence, los príncipes de Gales, el príncipe Eduardo (hermano del rey) y su esposa Sofía, los duques de Edimburgo y la princesa Alejandra, prima de la fallecida reina Isabel (quien se sentó junto a Enrique en la ceremonia en Westminster).
Fuente: El País
