El servicio de mensajería Telegram apelará la suspensión de la justicia brasileña, según un comunicado difundido este jueves en la plataforma por su director ejecutivo, Pavel Durov, en el que promete “defender la privacidad y la libertad de expresión” de los usuarios.
El miércoles, la justicia del país sudamericano posiblemente suspenda temporalmente Telegram por no entregar a las autoridades datos solicitados de grupos neonazis que actúan en la plataforma, en el marco de una investigación relacionada con la violencia en escuelas.
Según Durov, la información solicitada es “tecnológicamente imposible de obtener” para la empresa.
“Estamos apelando la decisión y esperamos la resolución final”, escribió en la nota.
La justicia brasileña impuso, además, una multa de un millón de reales diarios (USD 198.000) hasta que la compañía, con sede en Dubai y registrada en las Islas Vírgenes Británicas, según su sitio web, cumpla con la petición de las autoridades locales.
“No importa el costo, defenderemos a nuestros usuarios en Brasil y su derecho a la comunicación privada”, añadió Durov.
Este jueves, la aplicación funcionaba con inestabilidad, según relataron usuarios brasileños, que compartieron consejos para eludir el bloqueo, constató la AFP.
El creador de Telegram, donde la comunicación es encriptada de punta a punta, recordó otros casos en los que la compañía abandonó mercados, como China, Irán o Rusia, porque las leyes locales eran “opuestas” a sus principios de privacidad o imponían requerimientos “tecnológicamente inviables”.
Eso es “preferible a la traición a nuestros usuarios y nuestras creencias”, insiste Durov en su mensaje.
La Justicia Federal de Espirito Santo (sureste de Brasil), la Policía Federal y la fiscalía habían solicitado a Telegram datos personales de todos integrantes de los canales “Movimiento antisemita brasileño” y “Frente Anti-Semita”.
Las autoridades los asocian a ataques en escuelas brasileñas en los últimos meses.
En noviembre pasado, un adolescente de 16 años mató a tiros a cuatro personas e hirió a más de diez en dos escuelas de Espirito Santo.
Este joven interactuaba con grupos antisemitas en Telegram, según fuentes policiales citadas por el sitio G1.
La justicia dijo que la empresa cumplió “parcialmente” el pedido de las autoridades, y la acusó de “no cooperar con la investigación”.