El gobierno de Estados Unidos dijo este jueves que acudirá a la Corte Suprema para impugnar las restricciones a una píldora abortiva de uso generalizado, en el marco de una batalla cada vez más intensa por los derechos reproductivos en el país.
La decisión de la administración de Joe Biden se produjo pocas horas después de que un tribunal de apelaciones rechazara las medidas para suspender el fármaco mifepristona, pero limitara su acceso.
La mifepristona, que la aprobaron por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) en 2000, representa más de la mitad de los abortos en Estados Unidos.
Por otro lado, legisladores de Florida aprobaron este jueves una propuesta de ley para rebajar de 15 a 6 semanas el plazo para abortar en el estado, una iniciativa que solo necesita la firma del gobernador republicano Ron DeSantis, quien ya se ha mostrado a favor.
La Casa Blanca criticó esta iniciativa ya que antes de las seis semanas muchas mujeres aún no saben de su embarazo.
A través de la portavoz Karine Jean-Pierre, la Casa Blanca dijo que la iniciativa del parlamento de Florida era “extrema y peligrosa” y agregó que “la prohibición va en contra de las libertades fundamentales”.
El fiscal general Merrick Garland dijo que el Departamento de Justicia recurrirá a la Corte Suprema “para defender el juicio científico de la FDA y proteger el acceso de los estadounidenses a una atención reproductiva segura y eficaz”.
En declaraciones durante la visita de Biden a Irlanda, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo: “Creemos que la ley está de nuestro lado y venceremos”.
El miércoles por la noche, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos, en Nueva Orleans, Luisiana, dijo que la mifepristona, también conocida como RU 486, debería permanecer disponible en espera de una audiencia completa sobre el caso.
Pero restringió el acceso a la píldora a las primeras siete semanas de embarazo, en lugar de 10; dispuso visitas presenciales para obtener el fármaco, algo que eliminó; y bloqueó el envío del medicamento por correo.
El fallo 2-1 se produjo después de que un juez de Texas, designado por el expresidente republicano Donald Trump, anulara el viernes pasado la aprobación de la mifepristona por la FDA, suspendiendo así su autorización en todo el país.
Los dos jueces de Nueva Orleans que votaron para endurecer las restricciones de acceso a la píldora abortiva, Kurt Engelhardt y Andrew Oldham, también fueron designados por Trump. La tercera jueza, Catharina Haynes, fue nombrada por el expresidente republicano George W. Bush.
“Victoria” y furia
El grupo antiaborto Susan B. Anthony describió el fallo del miércoles como una “victoria”. “Esperamos que la Corte Suprema examine este caso”.
Pero la decisión la denunciaron grupos que buscan mantener el acceso al aborto.
“Estamos furiosos de que otro tribunal opte por poner en peligro la salud y el futuro de millones de personas”, dijo la presidenta de Planned Parenthood, Alexis McGill Johnson.
Jennifer Dalven, de ACLU, dijo que “a menos que la Corte Suprema intervenga, esta decisión impedirá que muchas personas obtengan servicios abortivos y las obligará a permanecer embarazadas en contra de su voluntad”.
El último enfrentamiento sobre el derecho al aborto se produce casi un año después de que la Corte Suprema, donde los conservadores tienen una mayoría de 6-3, anuló el histórico fallo Roe vs. Wade que había consagrado el derecho constitucional al aborto durante medio siglo.
Socavar la autoridad de la FDA
La mifepristona es uno de los componentes de un régimen de dos fármacos que se puede utilizar en Estados Unidos durante las 10 primeras semanas de embarazo. La FDA estima que se usó por 5,6 millones de estadounidenses desde su aprobación hace dos décadas.
El fallo de la semana pasada del juez federal de Texas Matthew Kacsmaryk, también designado por Trump, se produjo después de que una coalición de grupos antiaborto presentara una demanda para suspender la distribución nacional de mifepristona.
En su decisión, Kacsmaryk se refirió a los proveedores de servicios de aborto como “abortistas” y dijo que el fármaco se usaba para “matar al ser humano por nacer”, además de producir “eventos adversos en mujeres y niñas”
Pero la FDA, científicos y el fabricante del medicamento dicen que décadas de experiencia han demostrado que el fármaco es seguro y efectivo cuando se usa según lo indicado.
La administración de Biden y las principales compañías farmacéuticas y de biotecnología también argumentaron que el fallo de Kacsmaryk corría el riesgo de socavar toda la autoridad de aprobación de medicamentos de la FDA.
Las encuestas de opinión pública muestran que una clara mayoría de estadounidenses apoyan el aborto seguro, más allá de las presiones de grupos conservadores para limitar el acceso al procedimiento, o prohibirlo por completo.