Las llamativas, y a veces polémicas, ilustraciones de Edel Rodríguez sobre Donald Trump han sido portada de grandes publicaciones como Time y Der Spiegel, y con la acusación contra el expresidente, el artista vuelve a la carga.
La última obra de este artista que abandonó Cuba cuando era un niño saldrá el viernes en la portada de la revista Time, aunque ya ha sido publicada y compartida millones de veces por redes sociales.
La ilustración es un fondo negro sobre el que una huella dactilar sale en espiral de la boca de Trump.
“Está atrapado en una tormenta creada por él mismo”, dice Rodríguez sobre Trump desde su casa victoriana en un rincón del municipio de Tabor, en el estado de Nueva Jersey.
La imagen no es ni de lejos la más polémica que le ha dedicado al ex presidente republicano, recientemente imputado por falsedad documental por el pago de 130.000 dólares a una actriz porno para comprar su silencio sobre una supuesta relación extramatrimonial.
A principios de 2017, la revista alemana Der Spiegel publicó en portada una ilustración de Rodríguez en la que criticaba el decreto de Trump contra los inmigrantes de países de mayoría musulmana. En ella se veía al entonces presidente estadounidense blandiendo un cuchillo y sosteniendo la cabeza ensangrentada y decapitada de la estatua de la libertad.
Los detractores de Trump usaron esa imagen en sus protestas, pero desató la indignación de algunos políticos y articulistas de opinión.
Responsabilidad frente a “neutralidad”
Este artista de 51 años afirma que sus imágenes pretenden remover la conciencia de la ciudadanía ante los peligros que amenazan la democracia, por lo que Rodríguez no pretende ser “neutral” en su trabajo.
“Entiendo que hay que mantener una cierta neutralidad”, dice, sentado entre un puñado de sus ilustraciones, incluidas portadas de The New Yorker y la revista francesa America. “Pero siempre hay que preguntarse cuándo la neutralidad va demasiado lejos, y sentí que ser neutral con Trump en 2016 no era lo correcto, porque podía ver lo que se avecinaba”.
Rodríguez ha representado a Trump como un meteorito a punto de estrellarse contra la Tierra, o a un niño sentado encima de un misil junto al líder norcoreano, Kim Jong Un.
Y, como otros artistas, también ha representado a Trump con símbolos del Ku Klux Klan, sobre todo cuando el 45º presidente no condenó el ataque de supremacistas blancos a manifestantes que protestaban contra el racismo en Charlottesville en 2017.
Según el artista, el asalto del 6 de enero de 2021 al edificio del Capitolio de Estados Unidos por parte de partidarios de Trump fue la evidencia de que se estaba gestando algo muy peligroso.
“Estábamos cerca de un golpe de Estado”, explica.
La vida de Rodríguez alimenta su obra. Cuando tenía nueve años huyó de la Cuba de Fidel Castro con sus padres. En un cómic que se publicará este otoño, relata su experiencia con la “dictadura” y el éxodo del Mariel en 1980, seis meses en los que 125.000 cubanos zarparon desde esta localidad hacia Florida.
Rodríguez considera que Trump sacó lo peor de la gente, creando una imagen de Estados Unidos que contrastaba con su propia experiencia: “Sé lo buena que es la gente de este país”, afirma.
Asegura que la temática de su obra se inspira en su familia y en Cuba, y como referentes artísticos tiene a Picasso, Matisse o Paul Klee.
Para dibujar a Trump utiliza códigos visuales recurrentes, como la piel anaranjada, el pelo amarillo chillón, la boca abierta y gritona y sin ojos. “Estas portadas creo no lo normalizan y lo muestran como lo que es”, asegura Rodríguez.
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