Los residentes de París votaban este domingo a favor o en contra de los monopatines eléctricos de alquiler en un referéndum convocado por la alcaldía de la ciudad.
Estos monopatines se han vuelto omnipresente en las calles de la capital francesa, pero su uso generalizado también se ha convertido en fuente de problemas y quejas entre los habitantes.
En 2018, una docena de compañías desembarcaron en París, pionera en la implantación de este modelo. Los primeros excesos obligaron a la alcaldía a intervenir limitando la velocidad a 20km/h e incluso 10km/h, y en 2020, el mercado se redujo a tres operadores.
Sus detractores denuncian que los monopatines obstruyen las calles, que sus usuarios pasan a toda velocidad al lado de los peatones y que, finalmente, no son tan ecológicas como parecen por la corta vida útil de sus baterías.
“Los monopatines en autoservicio son una fuente de tensión y preocupación en la vida cotidiana de los parisinos”, dijo recientemente la alcaldesa Anne Hidalgo en una entrevista con la AFP.
Anne Hidalgo aboga por prohibirlos para reducir “las molestias” y porque su modelo considerado ecológico, es “cuestionable”.
El año pasado, tres personas fallecieron y 459 resultaron heridas en 408 accidentes vinculados a estos vehículos en la capital, indicó en enero la cadena de televisión BFMTV, con datos de la prefectura de policía de París.
En Francia, un total de 34 usuarios de “dispositivos de transporte personal motorizados”, incluidos monowheels y otros hoverboards, perdieron la vida en 2022, tres veces más que en 2019 (10 muertes) y otros 600 resultaron gravemente heridos.
La alcaldía tiene prevista la apertura de 21 centros de votación presencial, una opción que favorece la victoria de la prohibición según los operadores de la capital (Lime, Dott y Tier), quienes lamentan la consulta y la falta de diálogo del ayuntamiento.
El referéndum es de carácter consultivo y la alcaldía tiene la última palabra, aunque Hidalgo dijo a la AFP que acatará la opinión mayoritaria de quienes voten.
El destino de 15.000 monopatines, aparatos del demonio para unos, herramientas de transporte para otros, está en manos de los miles de capitalinos que acudirán a las urnas.