Un grupo de arqueólogos anunció el jueves el descubrimiento de pequeñas placas de piedra caliza en las que fueron grabados perfiles de caballos y una vulva, de más de 18.000 años de antigüedad, en un yacimiento del sureste de Francia.
Los especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (Inrap, por sus siglas en francés) trabajan desde 2015 en ese sitio antes de su transformación en un vertedero de la región de Nîmes.
Los objetos encontrados abarcan desde los 20.000 hasta los 16.000 años antes de nuestra era, un periodo similar al del arte rupestre de la famosa cueva de Lascaux, en el suroeste de Francia.
Pero según los expertos, en ese lugar hubo presencia humana hasta el siglo XVI.
El sitio de Bellegarde, ligeramente elevado, fue probablemente elegido como punto de parada por las poblaciones nómadas, porque contaba con un manantial y ofrecía una buena vista de las manadas de caballos salvajes que cruzaban la llanura.
En 2016, tras once meses de excavaciones, los arqueólogos descubrieron 100.000 objetos de sílex tallado (armas y herramientas), huesos de animales y conchas utilizadas como adornos, algunos de los cuales datan de principios del periodo Magdaleniense, hace más de 22.000 años.
Pero el momento más emotivo se produjo cuando al limpiar los objetos descubrieron dos pequeños fragmentos de piedra caliza con perfiles de caballos, en los que se distinguen claramente los ojos, la crin y el hocico.
Esos grabados “figuran entre las obras más antiguas conocidas de esta cultura paleolítica, al igual que las pinturas y grabados rupestres de la cueva de Lascaux”, afirmó Vincent Mourre, uno de los arqueólogos responsable de las excavaciones.
En otro fragmento más reciente, descubrieron un grabado que puede interpretarse como una vulva enmarcada por la parte superior de las piernas, así como “incisiones finas, difíciles de interpretar”, sobre una losa de unos 50 cm.