El escritor chileno Jorge Edwards, Premio Cervantes en 1999, cercano a Pablo Neruda y autor del libro “Persona non grata”, en el que narra su desencanto con la Revolución cubana, murió el viernes en Madrid a los 91 años, informó su hijo a la AFP.
“Murió hace un par de horas” en Madrid, dijo su hijo Jorge Edwards, en declaraciones telefónicas desde Santiago de Chile. “Fue básicamente una diabetes que se le fue avanzando y le produjo un estado de salud que hubo que internarlo el fin de semana y luego, de vuelta a la casa, se murió”, agregó.
“Nos deja un novelista excepcional, un ensayista valiente y un periodista al tanto de todas las capas de la actualidad. Echaremos de menos su vitalidad y su altura moral”, escribió en Twitter el Instituto Cervantes.
Para Carlos Franz, según palabras recogidas por el diario El País desde la vivienda del escritor en Madrid, Edwards “fue un escritor de primera fila”.
“Murió el admirable y entrañable escritor chileno Jorge Edwards. Este año se cumple el 50 aniversario de ‘Persona non grata’, su gran testimonio crítico sobre Cuba. ¡Cuántos recuerdos imborrables! Lo extrañaré”, escribió por su parte el ensayista mexicano Enrique Krauze.
Edwards nació en Santiago en 1931, estudió en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile e hizo estudios de posgrado en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos.
Ejerció de diplomático de carrera entre 1957 y 1973, en París, Lima y, en un destino que le marcaría especialmente, La Habana. Su última embajada la ejerció entre 2010 y 2014, en París, bajo la primera administración del conservador Sebastián Piñera.
Edwards pasó tres meses en la capital cubana en 1971 para abrir la embajada de Chile en representación del gobierno de Salvador Allende, uno de los primeros que restableció lazos diplomáticos con el régimen de Fidel Castro.
Su doble oficio de diplomático y escritor le permitió a Edwards estar en contacto con escritores de la isla que le contaban lo contrario de la versión oficial.
Edwards nunca fue expulsado oficialmente, pero salió antes de lo previsto de Cuba con destino a París, donde su amigo Pablo Neruda, el nuevo embajador, le reclamó.