En sus 10 años en el trono de San Pedro – y como líder de la Iglesia Católica Romana de casi 1.380 millones de miembros – el papa Francisco ha buscado posicionar firmemente a la iglesia en el mundo moderno.
Menos de quince días después de que el Papa Benedicto XVI conmocionara al mundo al convertirse en el primer papa en 600 años en renunciar a su cargo, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, arzobispo de Buenos Aires, fue elegido como sucesor de San Pedro.
El jefe de la Iglesia Católica tomó el nombre de Francisco de San Francisco de Asís, “Il Poverello”, un hombre de pobreza, paz y amor.
Francisco abandonó el palacio papal para vivir en una casa de huéspedes más pequeña del Vaticano. Lavó los pies de los prisioneros el Jueves Santo, conmemorando la Última Cena de Jesucristo. Construyó duchas para las personas sin hogar en Roma.
A principios de 2014, Francisco anunció que quería viajar por el mundo como un argentino regular y no como un ciudadano privilegiado de la Ciudad del Vaticano. Francis ha visitado 60 estados, cubriendo casi 410.000 km (255.000 millas).
Hablando con The Catholic Weekly, el reverendo profesor Gerard Kelly del Instituto Católico de Sydney, Australia, dijo que a lo largo de su papado, Francisco ha posicionado la iglesia firmemente en el mundo moderno.
En 2013, publicó su histórica encíclica “Lumen Fidei” (Luz de fe) sobre la importancia de la fe cristiana, en parte escrita por el Papa Benedicto.
En 2015, lanzó “Laudato Si” (Praised Be), que pidió una acción urgente sobre el cambio climático, mientras que su “Fratelli Tutti” (Brothers All) de 2020 abordó la necesidad de apoyarse mutuamente a través de los desafíos de la pandemia de Covid.
