Un año después de la invasión los oligarcas rusos eluden las sanciones

Un año después de la invasión los oligarcas rusos eluden las sanciones

Ucrania. Tras la invasión rusa a Ucrania hace un año, los países occidentales adoptaron sanciones contra los oligarcas rusos allegados al presidente Vladimir Putin, congelando cuentas bancarias e incautando propiedades o yates de lujo.

Sin embargo, muchos multimillonarios rusos intentan eludir y/o combatir las sanciones con la esperanza de mejorar su situación.

Las autoridades han congelado unas 18.400 millones de libras (22.900 millones de dólares) en bienes rusos en Reino Unido, y 17.000 millones de euros (18.110 millones de dólares) en la Unión Europea (UE).

Ofensivas legales

Estos empresarios de élite en general mantienen un perfil bajo, pero algunos han lanzado una contraofensiva legal, mientras otros buscan santuario en países libres de sanciones.

El banquero ruso Petr Aven insiste en que no tiene “relación financiera o política” con el Kremlin.

Actualmente, busca que el gobierno británico le otorgue 60.000 libras mensuales de sus cuentas congeladas para atender las necesidades de su familia.

Aven, cofundador de la firma de capital privado LetterOne junto a los también oligarcas Mikhail Fridman y German Khan, se estableció en Letonia, donde tiene nacionalidad.

Numerosos oligarcas, como Aven, Fridman, Khan, así como Roman Abramovich y Alisher Usmanov, emplean sus fortunas para presentar acciones legales contra las sanciones en Reino Unido y la UE.

El magnate del aluminio Oleg Deripaska, cuya fortuna personal cayó el año pasado a 1.700 millones de dólares, según la revista Forbes, está demandando a Washington por las sanciones estadounidenses.

Un hotel de Deripaska en Rusia habría sido incautado, según la prensa, luego de que calificó la invasión rusa a Ucrania como una “guerra”. El Kremlin dice que es una “operación especial”.

El Chelsea

Abramovich, quizás el oligarca más conocido, inicialmente buscó mediar en conversaciones de paz entre Moscú y Kiev y promover buenas relaciones con Occidente, pero aún así fue obligado a vender su club de fútbol inglés Chelsea.

Abramovich, quien tiene ciudadanía israelí, ha estado varias veces en Israel, Emiratos Árabes Unidos y Turquía, países que no han impuesto sanciones a la élite rusa.