Fiscales estadounidenses argumentaron el lunes que un hombre uzbeko que mató a ocho personas en Nueva York, hace seis años, debería ser ejecutado, pese a la oposición a la pena de muerte del presidente Joe Biden.
Es la primera vez que el Departamento de Justicia, desde que Biden asumió, que busca la pena capital para un condenado.
Pese a que la administración del demócrata declaró una moratoria para todas las ejecuciones federales, si Saipov recibe la sentencia podría ser ejecutado durante una nueva presidencia o si la actual levanta la moratoria.
Los mismos 12 jurados que el mes pasado condenaron a Saipov de varios cargos de asesinato y terrorismo regresaron el lunes a la corte para escuchar los argumentos en la audiencia de apertura para decidir su condena.
“Pediremos imponer la pena de muerte, no porque sea fácil, sino porque es (la) pena adecuada en este caso”, dijo la fiscal Amanda Houle.
Saipov, de 35 años, condujo una camioneta alquilada en un bicicarril de Manhaattan cuando los neoyorquinos se preparaban para celebrar Halloween, el 31 de octubre de 2017.
Entre los muertos había un grupo de cinco amigos argentinos. Al menos otras doce personas resultaron heridas antes de que la policía le disparara a Saipov en el abdomen.
Este fue el ataque más mortífero en Nueva York desde el 11 de septiembre de 2001, cuando miembros de Al Qaida secuestraron dos aviones y los estrellaron contra el World Trade Center.
Saipov dijo haber actuado en nombre del grupo yihadista Estado Islámico.
El jurado tendrá que llegar a una decisión unánime, que Saipov puede apelar.
En Estados Unidos, la mayoría de ejecuciones las llevan a cabo los estados, no el gobierno federal. Nueva York abolió la pena de muerte a nivel estatal y su última ejecución fue en 1963.