Los equipos de rescate salvaron este viernes a varios niños entre los escombros dejados por el masivo terremoto que golpeó el lunes Siria y Turquía, uno de los más mortíferos de la región, con cerca de 24.000 muertos.
La ayuda humanitaria empezó a llegar a Turquía pero el acceso a Siria, en guerra y con su régimen sancionado por la comunidad internacional, es mucho más complicado.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, exigió “un alto el fuego inmediato” en ese país para facilitar el suministro de ayuda.
La ONU solo puede enviar ayuda a las zonas rebeldes del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa en la frontera con Turquía.
Según la organización, las carreteras por ese paso están en muy mal estado, y esto complica el suministro de ayuda, pese a que la guerra destruyó hospitales y causó problemas en el suministro de electricidad y agua.
“En cuanto [el paso] esté completamente operativo, habrá enormes cantidades de provisiones listas para entrar” en Siria, indicó Michael Ryan, encargado de la gestión de situaciones de emergencia en la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Hoy, el terremoto atrae de nuevo la atención pero el mundo se ha olvidado de Siria”, denunció.
La diplomacia turca afirma que está trabajando para abrir otros dos puntos de paso “con las regiones bajo el control del gobierno” sirio, “por razones humanitarias”.
El gobierno sirio anunció que autorizará el suministro de ayuda internacional a zonas controladas por los rebeldes, con la “supervisión” del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja siria.
El Programa Mundial de Alimentos, la agencia especializada de Naciones Unidas, reclamó por su parte 77 millones de dólares para acercar víveres a 874.000 personas afectadas por el sismo en Siria y Turquía.
- “Abandonada a morir en el frío” –
Más de 5 millones de personas en Siria podrían quedarse sin casa, advirtió en Damasco Sivanka Dhanapala, representante en el país del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.
A un lado y otro de la frontera, miles de viviendas quedaron destruidas y los socorristas redoblaban esfuerzos, aunque las posibilidades de encontrar sobrevivientes se apagan una vez expirado el periodo de tres días que los expertos consideran crucial.
Los rescatistas lograron sacar a varias personas de los escombros, como en Jindires, en el noreste de Siria, donde rescataron a Moussa Hmeidi, de seis años.
En Gaziantep (sureste de Turquía), un grupo de militares españoles logró salvar también a una madre y a sus dos hijos.
La agencia Anadolu informó que en Nurdagi, en la misma provincia, una mujer embarazada de seis meses fue rescatada con vida tras pasar 115 horas bajo un amasijo de ruinas. Y una hora después, salvaron a su hija de seis años.
Y en Antakya, en el sur, se rescató a un bebé de 18 meses y su hermano, informó la cadena NTV. Una niña de tres años también fue rescatada en esa localidad, muy castigada por la catástrofe.
La situación, agravada por un frío glacial, llevó este viernes al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), en lucha armada contra el ejército turco desde 1984, a suspender temporalmente sus “operaciones” en Turquía.
El enfado crece en Turquía contra la respuesta del gobierno, juzgada insuficiente y tardía. El mismo presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció “deficiencias”.
“La gente que no murió por el terremoto ha sido abandonada a morir en el frío”, dijo a la AFP Hakan Tanriverdi en la provincia de Adiyaman, una de las zonas más castigadas.
“Ni Estado, ni policía, ni soldados. ¡Qué vergüenza! Nos abandonaron a nuestra suerte”, declaró Mehmet Yildirim, otro vecino.
El presidente turco esbozó una suerte de mea culpa este viernes. “Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente, no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido”, afirmó durante una visita a Adiyaman.
- Riesgo de cólera –
El terremoto es el más importante en Turquía desde 1939, cuando 33.000 murieron en la provincia oriental de Erzincan.
Según los últimos balances oficiales, el sismo, de magnitud 7,8 y que estuvo seguido de más de un centenar de réplicas, dejó al menos 23.871 muertos, 20.318 de ellos en Turquía y 3.553 en Siria.
La OMS estima que 23 millones de personas están “potencialmente expuestas, de las que unos cinco millones [son] vulnerables” y teme que se desencadene una crisis sanitaria.
Las organizaciones humanitarias expresaron su preocupación por una eventual propagación del cólera, que reapareció en Siria.
El presidente Bashar al Asad y su esposa Asma visitaron este viernes a víctimas del terremoto en Alepo, por primera vez desde que se produjo el sismo, informó la presidencia.
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