Investigadores estadounidenses anunciaron que un libro que estuvo perdido por aproximadamente 2.000 años, y que encierra información sobre la dinastía de Alejandro Magno y otras posteriores, podría finalmente ser descifrado mediante inteligencia artificial, a pesar de estar parcialmente destruido, recoge Live Science este miércoles.
Según Richard Janko, uno de los investigadores y profesor de la Universidad de Michigan, el manuscrito “contiene los nombres de varias dinastías macedonias y de generales de Alejandro Magno“, al que además menciona varias veces. Sin embargo, solo se han podido leer pequeños fragmentos del texto.
Para poder descubrir completamente los secretos del papiro, hallado en la llamada Villa de los Papiros, Janko ha realizado estudios junto con un equipo de la Universidad de Kentucky, liderado por Brent Seales, usando procesos de ‘machine learning’.
Con ese fin, los expertos han entrenado un programa de computadora para detectar tinta en papiros, mediante escaneo y tomografía computarizada, y así obtener imágenes digitales en 3D. Las investigaciones del equipo de Seales, según Janko, están ayudando a hacer más legible el texto, pero aún falta mucho trabajo y gran parte del pergamino sigue siendo un enigma.
Se desconoce el autor del histórico escrito. Tampoco está claro por qué estaba dentro de la villa, dado que la mayoría de los textos allí encontrados fueron escritos por el filósofo Filodemo y hablan de filosofía, no de historia. Una de las hipótesis es que el texto pudo haber sido prestado y no devuelto. “Es probablemente un trabajo [el escrito] perdido“, reiteró Janko.
Origen del manuscrito
Según los investigadores, el ‘manuscrito’perdido’ es de la Villa de los Papiros en Herculano (Ercolano), ciudad del sur de Italia que resultó destruida junto con Pompeya durante la célebre erupción del Vesubio en el año 79 d. C.
La famosa villa, llamada así después que se descubriera en ella una vasta cantidad de papiros carbonizados por efecto de la erupción volcánica, contiene numerosos escritos del filósofo Filodemo, quien vivió aproximadamente entre el 110 a.C. y el 30 a.C.
En algún momento se encontró el libro y en 1804 le fue entregado a Napoleón Bonaparte. Luego este lo donó al Instituto de Francia, en París, donde aún permanece. En 1986 se quiso desenrollar el papiro, pero se detuvo el intento al constatar que se producían daños, contó Janko.