Fruto de un acuerdo histórico, Canadá accedió a pagar una indemnización de casi tres mil millones de dólares canadienses a los pueblos indígenas, con el fin de “reparar los daños” sufridos durante un siglo por miles de niños internados a la fuerza en colegios residenciales religiosos.
El gobierno de Justin Trudeau anunció el sábado un acuerdo con 325 comunidades indígenas para indemnizarlas con hasta 2.800 millones de dólares canadienses (unos 2.100 millones de dólares estadounidenses) por los abusos sufridos entre finales del siglo XIX y la década de 1990.
“Canadá se compromete a reparar el daño colectivo causado por el sistema de escuelas residenciales y la pérdida del idioma, la cultura y el patrimonio”, según un comunicado oficial.
Durante casi un siglo, el gobierno de Canadá envió a unos 150.000 niños a 139 escuelas residenciales, en su mayoría administradas por la Iglesia católica, donde quedaron aislados de sus familias, su idioma y su cultura.
Muchos sufrieron abusos físicos y sexuales, y se cree que miles murieron a causa de enfermedades, desnutrición o negligencia.
No fue hasta años recientes que se llevaron a cabo investigaciones para arrojar luz sobre el trágico pasado colonial de este antiguo territorio del Imperio Británico.
- “Proceso de sanación” –
La suma récord anunciada el sábado, que se colocará en un fideicomiso sin fines de lucro independiente del gobierno, se utilizará para “revitalizar la educación, la cultura y el idioma indígenas, para ayudar a los sobrevivientes en su proceso de sanación y reconexión con su herencia”, según el comunicado oficial.
Desde hace casi dos años, este sombrío pasado ha resurgido al descubrirse tumbas de niños aborígenes cerca de las instituciones donde los menores fueron reclutados a la fuerza.
Más de 1.300 tumbas fueron ya identificadas, la más reciente hace diez días.
En Lebret, en la provincia de Saskatchewan, un radar permitió descubrir cerca de “2.000 áreas sospechosas” que serán objeto de una búsqueda en profundidad, anunció el 12 de enero la Nación Cree Star Blanket.
En esta comunidad del oeste de Canadá ya se ha identificado un fragmento de la mandíbula de un niño que data de unos 125 años.
“Le ha tomado demasiado tiempo a Canadá reconocer su historia, reconocer el genocidio que cometió y reconocer el daño colectivo causado a nuestras naciones por las escuelas residenciales”, dijo Garry Feschuk, un líder indígena que es uno de los demandantes.
“Es hora de que Canadá no solo reconozca este daño, sino que ayude a deshacerlo (…). Este acuerdo es un buen primer paso”, apuntó en el comunicado publicado el sábado.
“Las repercusiones van más allá de mi generación. Nos llevará muchas generaciones sanar”, dijo Shane Gottfriedson, exlíder de la comunidad Tk’emlúps te Secwépemc y también impulsor del recurso.
- “Genocidio cultural” –
“Todos los sobrevivientes merecen justicia y la compensación que se les debe”, dijo Marc Miller, ministro federal de Relaciones Indígenas en el comunicado de prensa.
Los términos precisos para el desembolso de estos 2.800 millones de dólares canadienses serán decididos por la justicia federal el 27 de febrero.
Ya está establecido que se pagarán 200.000 dólares canadienses (aproximadamente 150.000 dólares estadounidenses) a cada parte de la demanda colectiva.
“Este acuerdo tiene como objetivo tomar medidas para reparar el daño que se ha hecho a nuestras naciones”, insistió Gottfriedson, subrayando “los efectos devastadores de las escuelas residenciales” en el conjunto de los pueblos aborígenes canadienses.
Una comisión nacional de investigación en 2015 calificó el sistema de escuelas residenciales como un “genocidio cultural”.
En una visita a Canadá en julio pasado, el papa Francisco pidió “perdón por el mal” infligido durante décadas en los internados para niños indígenas, diciéndose “afligido” por estas prácticas, alentadas por las doctrinas de la Iglesia Católica de la época.
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