Decenas de miles de católicos participaron durante la madrugada del domingo en la procesión del Nazareno Negro en las calles de Manila, capital de Filipinas, donde veneraron una estatua de Jesús a la que atribuyen poderes milagrosos.
Unas 80.000 personas, según datos de la Iglesia filipina, participaron en este tradicional evento religioso, que empezó poco después de la medianoche del sábado al domingo (horario local).
Muchos católicos filipinos creen que, si tocan o se acercan a esta estatua de Jesucristo, esto les dará suerte o incluso hará realidad milagros, como curar graves enfermedades.
Evangeline Rugas, de 59 años, que asistió en la procesión en que mostraron una réplica de la famosa estatua, aseguró a la AFP que participó para hacer realidad un milagro para su sobrino de cinco años, que no puede andar y padece convulsiones.
“Nada es imposible para el Nazareno Negro”, declaró esta creyente, sentada sobre una esterilla.
La estatua original del Nazareno Negro llegó a Filipinas a principios del siglo XVII, cuando este archipiélago del Sudeste Asiático formaba parte del Imperio español.
Según la tradición popular, esta estatua de madera es de color negro debido a un incendio que destrozó el barco en el cual la transportaban desde México.
La procesión de este año representó la primera que se celebra en Manila desde 2020, tras haber sido cancelada en los dos últimos años a causa de la pandemia del covid-19.