El Departamento de Defensa de EE.UU. permitió que 700 reclutas a los que se les había diagnosticado un trastorno de carencia de atención con hiperactividad (TDAH) se alistaran en el Ejército, informó el Wall Street Journal (WSJ) el 27 de diciembre. Esto ocurrió después de que el Ejército cambiara sus normas sobre las afecciones médicas que prohíben a los solicitantes alistarse.
La razón de este cambio es la falta de reclutas. El problema es que solo el 23 % de los jóvenes estadounidenses cumplen los criterios para alistarse en el Ejército y menos del 10 % están interesados en hacerlo, apunta el WSJ en referencia a las estadísticas de las Fuerzas Armadas. Además, la población toma cada vez más medicación para diferentes trastornos mentales y los funcionarios de salud pública opinan que esos problemas aumentaron entre los jóvenes durante la pandemia.
Por otra parte, al cierre del año fiscal estadounidense en octubre, el Ejército no había cumplido sus objetivos de reclutamiento y se quedó con un déficit del 25 %. De hecho, 2022 fue calificado por la secretaria de las Fuerzas Armadas, Christine Wormuth, como “el año de reclutamiento más difícil” desde la abolición del servicio militar obligatorio, en 1973.
En junio de 2022, el Ejército declaró que quienes han padecido trastornos y enfermedades de un listado de 38 afecciones médicas diferentes podrían alistarse si no habían mostrado síntomas ni habían necesitado medicación para su tratamiento durante un periodo de tiempo, entre tres y siete años, dependiendo de la afección específica.
Entre esas afecciones hay dos trastornos mentales del comportamiento: TDAH y trastorno negativista desafiante. Quienes los padecieron aún pueden alistarse en el Ejército si no tomaron medicaciones y no mostraron síntomas durante tres y siete años, respectivamente.
Los cambios en el sistema de reclutamiento han suscitado en el pasado críticas por la posibilidad de que se disminuya los estándares, poniendo la Fuerzas Armadas en peligro a largo plazo. Por ejemplo, la afluencia de alistados con condenas por drogas y desertores escolares durante las guerras de Irak y Afganistán provocó un creciente número de suicidios y problemas de salud mental en el Ejército en los años posteriores.
Sin embargo, los partidarios de la política señalan que sin esta medida el Pentágono tendrá cada vez más dificultades para cubrir sus necesidades. Además, una vez aceptados en el Ejército, los soldados podrán consumir los mismos medicamentos que se les prohíbe tomar antes de alistarse. Estos medicamentos son normalmente recetados por médicos militares.
El Ejército estadounidense ha tardado a menudo en adoptar cambios en el proceso de admisión, afirma WSJ citando a oficiales militares del país. Por ejemplo, no aprobó que las mujeres se pusieran mechas en el pelo hasta 2021, y el uso de los pendientes de perlas sigue prohibido incluso fuera de combate.
Sin embargo, los militares revisan las normas de reclutamiento para responder a los cambios de la sociedad, afirmó a WSJ Lin St. Clair, adjunto para Admisiones. “Los servicios han hecho ajustes, quizá no tan rápido como cambia la sociedad. Pero trabajan para ponerse al día”, señaló.