Los negocios están floreciendo esta Navidad en Belén, la ciudad natal de Jesús, después de dos años de recesión debido a la pandemia de coronavirus.
Las calles están atestadas de turistas. Las reservaciones hoteleras están agotadas y meses de enfrentamientos entre israelíes y palestinos parecen casi no afectar el sector crucial del turismo.
Elias Arja, titular de la cámara hotelera de Belén, dijo que los turistas visitan ávidamente los sitios religiosos en Tierra Santa después de padecer las cuarentenas y restricciones de viajes de los últimos años. Vaticina que el rebote se prolongará en el nuevo año.
“Prevemos un boom y excelentes negocios en 2023 porque el mundo entero, y los turistas religiosos cristianos en particular, quieren regresar a Tierra Santa”, dijo Arja, propietario del Hotel Bethlehem.
En un día reciente, decenas de grupos de todos los continentes posaban para fotos frente a la Iglesia de la Natividad, que se alza sobre la gruta donde los cristianos creen que nació Jesús. Un gigantesco árbol de Navidad brillaba en la Plaza del Pesebre adyacente, y los turistas compraban cruces de madera de olivo y otros recuerdos.
La Navidad es la temporada pico del turismo en Belén, en la Cisjordania ocupada por Israel, a pocos kilómetros al sureste de Jerusalén. En tiempos prepandémicos, miles de peregrinos y turistas de todo el mundo llegaban para festejar.
Pero las cifras cayeron bruscamente durante la pandemia. Aunque el turismo no se ha recuperado totalmente, las hordas de turistas elevan los ánimos.
“La ciudad se convirtió en una ciudad de fantasmas”, dijo Saliba Nissan frente a un enorme pesebre dentro del Bethlehem New Store, la fábrica de productos de madera de olivo de la cual es copropietario junto con su hermano. La tienda estaba llena de turistas estadounidenses.
La mayoría de los viajeros internacionales llegan vía Israel porque los palestinos no tienen un aeropuerto propio. El Ministerio de Turismo israelí prevé que llegarán unos 120.000 turistas cristianos durante la semana de Navidad.
El récord es de 150.000 en 2019, pero la cifra es más alta que la del año pasado, cuando el espacio aéreo estaba cerrado a la mayoría de los visitantes.
“Si Dios quiere, este año regresaremos a donde estaban las cosas antes del coronavirus y tal vez mejor”, dijo el alcalde de Belén, Hanna Hanania.
Dijo que unas 15.000 personas asistieron al encendido del árbol de Navidad, y que se espera la presencia de delegaciones internacionales, artistas y cantantes en los festejos.
“La recuperación ha comenzado significativamente”, dijo Hanania, pero añadió que la violencia reciente y la ocupación israelí de Cisjordania siempre afectan el turismo en cierta medida.
Los Angeles Times