Oslo, Noruega.- El trío ruso, bielorruso y ucraniano premiado con el Nobel de la Paz recogerá el prestigioso galardón el sábado en Oslo (Noruega), en una ceremonia marcada por su carácter reivindicativo contra la invasión de Moscú sobre el país vecino.
El Nobel de la Paz aportará reconocimiento al militante bielorruso Ales Bialiatski, a la organización rusa Memorial y al Centro para las Libertades Civiles (CCL) de Ucrania.
Lo hará en un momento difícil para los tres: el militante bielorruso se encuentra en prisión, Memorial fue ilegalizada el año pasado y la organización ucraniana opera en medio de un país en guerra.
A pesar de ello, ninguno de los representantes de los tres premiados flaquea en su lucha contra el gobierno ruso de Vladimir Putin y el bielorruso de Alexander Lukashenko.
“Putin solo parará cuando lo paremos”, aseguró el viernes la responsable de la organización ucraniana, Oleksandra Matviichuk, durante una rueda de prensa en el Instituto Nobel.
“Los dirigentes autoritarios (…) perciben cualquier intento de diálogo como una señal de debilidad”, añadió la abogada de derechos humanos, quien pidió a los países occidentales que continúen enviando armas a Ucrania para liberar sus territorios ocupados por Rusia, incluida Crimea.
Desde hace ocho años, el CCL informa sobre los crímenes de guerra de las tropas rusas y prorrusas en Ucrania. A Matviichuk le gustaría que Putin y su aliado Lukashenko fueran juzgados por ello.
“Esta guerra tiene un carácter genocida”, afirma Matviichuk. “Si Ucrania deja de resistir, dejaremos de existir. No tengo ninguna duda de que tarde o temprano Putin comparecerá delante de un tribunal internacional”.
El presidente de Memorial, Ian Rachinski, se mostró más prudente, algo que no sorprende teniendo en cuenta las duras penas a las que se enfrentan los rusos que critican la ofensiva bélica de su país.
“Ucrania debe luchar por su independencia”, dijo Rachinski, quien subrayó que “Ucrania no solo lucha por sus intereses, sino también por nuestra futura paz en común”.
“El dilema al que se enfrenta la comunidad internacional (…) es entre una situación desagradable en el presente y otra de catastrófica en el futuro”, destacó.
Situación “terrible”
Memorial, que fue fundada en 1989, se dedicó a denunciar los crímenes cometidos durante el periodo estalinista de la Unión Soviética, además de alertar de vulneraciones de derechos humanos en Rusia.
La justicia rusa disolvió a finales de 2021 esta oenegé y decidió requisar sus oficinas el 7 de octubre de este año, el mismo día en que le dieron el Nobel de la Paz.
“Actualmente, la situación de los defensores de derechos humanos resulta terrible en Rusia”, denunció Rachinski.
Bialiatski, el tercer galardonado con el Nobel, no pudo comparecer el viernes en el Instituto Nobel al estar en prisión preventiva desde julio de 2020 a la espera de un juicio por un presunto delito de “contrabando”, por el que podrían condenarlo a hasta 12 años de prisión.
“El futuro de Bielorrusia también depende del campo de batalla en Ucrania”, aseguró su esposa Natalia Pinchuk, que lo representará en la ceremonia.
Ella explicó que los responsables penitenciarios bielorrusos no habían autorizado que su marido le entregara un discurso para el acto del Nobel.
La ceremonia está prevista que empiece a las 13H00 (12H00 GMT) en el ayuntamiento de Oslo y contará con la presencia de la familia real noruega.
Esta cifra especialmente elevada se debió a que este año también se dieron los Nobel concedidos en 2020 y 2021, cuando las ceremonias de entrega no pudieron celebrarse a causa del covid-19.