La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el miércoles un proyecto de ley para evitar una huelga de transporte ferroviario de mercancías que podría resultar catastrófica para la mayor economía mundial
El proyecto de ley, votado por la mayoría de la Cámara baja del Congreso, impone un acuerdo aunque no contaba con el visto bueno de todos los actores sociales. Ahora debe ser sancionado en el Senado.
Ante la perspectiva de una posible huelga a partir del 9 de diciembre, el presidente estadounidense, Joe Biden, había decidido encomendar el tema al Congreso, facultado por una ley de 1926 para imponer la adopción de un acuerdo en caso de estancamiento de las negociaciones.
El acuerdo preliminar, con aplicación retroactiva a 2020 y que se extiende hasta 2025, había sido firmado por ocho de los doce sindicatos del sector, pero las cuatro organizaciones opuestas dijeron estar listas para llamar a sus afiliados al cese de labores.
El texto prevé un incremento salarial del 24% en el quinquenio 2020-2024 (con efecto retroactivo), con un inmediato aumento salarial del 14,1%, así como cinco aguinaldos de 1.000 dólares cada uno.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, justificó la decisión de pasar por la vía legislativa para congelar el nuevo convenio colectivo para el transporte ferroviario de mercancías por la necesidad de “proteger la economía estadounidense que continúa recuperándose y evitar la devastadora paralización del ferrocarril a nivel nacional”.
Una huelga de fletes habría reducido la actividad económica estadounidense en 2.000 millones de dólares por día, según una estimación de la Asociación Estadounidense de Ferrocarriles.
En 2020, cerca del 28% de las mercancías transportadas en Estados Unidos se realizaron por ferrocarril, según la empresa Union Pacific.
– Riesgo político descartado –
Según otro estudio, del American Chemical Council (ACC), un paro laboral de un mes en el transporte de mercancías habría provocado una contracción del producto interno bruto (PIB) y una aceleración de la inflación.
Dado que el 97% de la red utilizada por la compañía ferroviaria nacional Amtrak está gestionada por operadores de mercancías, una huelga también habría tenido repercusiones considerables para el tráfico de pasajeros.
La perspectiva de una parálisis ferroviaria en Estados Unidos presentaba un riesgo político importante para el presidente Biden, ya que la inflación sigue siendo alta y la economía ya muestra signos de desaceleración.
Pero al forzar la adopción del convenio colectivo y eludir el diálogo social, el jefe de Estado se expuso a las críticas de los sindicatos y del ala izquierda del Partido Demócrata.
En un intento de reunir a los opositores, los demócratas presentaron el miércoles un proyecto de ley complementario que prevé siete días de licencia por enfermedad garantizada al año.
Las bajas por enfermedad habían cristalizado el descontento de muchos empleados del sector. Este segundo texto fue adoptado tras la votación del propio acuerdo.
Antes de la votación, tres de los cuatro sindicatos refractarios habían salido de su oposición de principios a la intervención de la política y habían pedido al Congreso que aprobara el texto adicional sobre la baja por enfermedad.