El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este miércoles que policías y soldados cercarán ciudades para apresar pandilleros en el marco de una guerra contra bandas criminales que ya deja 58.000 detenidos.
“Lo que prácticamente vamos a hacer es cercar grandes ciudades y hacer los procesos de extracción de los terroristas que están dentro de esas ciudades, sin darles la posibilidad de escapar”, aseguró el gobernante en un discurso.
El gobernante habló ante unos 14.000 soldados que fueron concentrados en un terreno cerca de un cuartel militar en las afueras de la ciudad de San Juan Opico, 35 kms al oeste de San Salvador.
Bukele dijo que no revelaría “por motivos de seguridad” los nombres de las ciudades que “en los próximos días” serán cercadas por policías y soldados, para hacer una búsqueda meticulosa de pandilleros y detenerlos.
El mandatario aseguró que la idea de poner cercos en grandes ciudades se basa en “el éxito” que se tuvo a principios de octubre pasado en el poblado de Comasagua, 30 kms al sur de la capital, en donde luego de un homicidio se puso un cerco policial y militar que permitió la desarticulación de una célula de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13).
“Si ellos (los pandilleros) quieren escapar o alguien quiere suplirlos de armamento o de alimentos o de munición, o de celulares o de todo lo que utilizan para amedrentar a la población, pues ahí (los policías y soldados) van a interceptarlos”, insistió Bukele.
El gobierno no precisó tampoco la fecha de cuándo comenzarán a ser montados los cercos de seguridad, los cuales dijo el presidente “la población los pide y aprueba”.
El montaje de los cercos de seguridad en ciudades para la “extracción de pandilleros” es parte, dijo Bukele, del denominado plan de seguridad gubernamental “Control Territorial” que ahora está “reforzado” con el régimen de excepción que permite el impulso de la guerra contra las pandillas.
El régimen de excepción que se impulsa desde el 27 de marzo y que permite detenciones sin orden judicial, fue declarado en respuesta a una escalada de violencia que cobró la vida de 87 personas del 25 al 27 de marzo.
Cuestionado por organismos humanitarios, el régimen de excepción fue prorrogado recientemente por el Congreso hasta mediados de diciembre y el mismo dijo el presidente “ha sido todo un éxito, pues ha permitido la detención de 58.000 personas, presuntos pandilleros”.
Antes de marzo y previo a que iniciara el régimen de excepción, en las cárceles de El Salvador había 16.000 pandilleros encarcelados. La mayoría de los detenidos son miembros de las pandillas MS-13 y el su rival el Barrio 18 en sus facciones sureños y revolucionarios.