Jair Bolsonaro, presidente de Brasil hasta el próximo 1° de enero, prácticamente ha desaparecido de la vida pública, incluidas las redes sociales, desde que perdió ante el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva el 30 de octubre.
El presidente ultraderechista se mantuvo en un silencio total sin precedentes durante casi 48 horas después de conocerse el resultado del balotaje presidencial, lo que abrió dudas sobre un posible cuestionamiento a la victoria de Lula.
Rompió el silencio el 1° de noviembre, con un escueto discurso de apenas dos minutos frente a los periodistas que lo esperaban desde hacía dos días frente a su residencia oficial en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia (centro del país).
Bolsonaro no reconoció explícitamente su derrota y evitó felicitar a su oponente por la victoria, dejando en manos de su jefe de gabinete anunciar que había “autorizado la transición” con el futuro gobierno.
Al día siguiente, volvió a hablar, en un breve video publicado en redes sociales, pidiendo a sus seguidores que “desbloquearan” las carreteras en numerosos puntos del país por camiones desde inicios de la semana.
El jefe de Estado causó revuelo al calificar de “legítimas” otras manifestaciones el mismo día en que miles de sus seguidores protestaban frente a los cuarteles exigiendo la intervención militar para evitar que Lula acceda al poder.
Desde entonces, hace casi una semana, ha mantenido el silencio.
Su agenda oficial muestra que permanece recluido en su residencia de Alvorada desde el 1 de noviembre y en reuniones con ministros en la sede de la presidencia.
Fuentes citadas por el diario O Globo atribuyeron esta prolongada ausencia a problemas de salud y revelaron que el mandatario, de 67 años, “llegó a presentar un cuadro febril y parecía abatido”.
La Presidencia no respondió de inmediato la consulta de la AFP sobre la salud de Bolsonaro.
La cuenta de Twitter del mandatario, muy activo en esta red antes de su derrota, está prácticamente congelada desde la segunda vuelta electoral.
Solo una enigmática foto en la que aparece junto con simpatizantes, frente a una gran bandera de Brasil, fue publicada, sin ningún comentario, la tarde de este martes.
Tampoco ha retomado su habitual transmisión en directo por redes sociales los jueves al final de la tarde.
Sus hijos, también políticos, han reducido significativamente sus publicaciones en las redes.
El mayor, el senador Flávio Bolsonaro, se contentó con un mensaje al día siguiente de la derrota: “Papá, estoy contigo pase lo que pase”.
Luego, escribió dos mensajes el domingo sobre la “censura” de la que serían víctimas los simpatizantes de su padre.
Algo similar ocurrió con su hermano menor, el diputado Eduardo Bolsonaro, quien compartió un tuit de Elon Musk, nuevo dueño de la red Twitter, prometiendo investigar la suspensión de cuentas de bolsonaristas sospechosos de difundir información falsa.