Investigadores de Brasil y EE.UU. proporcionaron la evidencia genética más completa hasta la fecha respecto a rutas migratorias complejas en la antigua América Central y del Sur.
Los expertos compararon el ADN de dos humanos antiguos, encontrados en dos sitios arqueológicos diferentes del noreste de Brasil, con los genomas que existen actualmente en el mundo y otros genomas completos antiguos de las Américas. Empleando algoritmos de análisis genómicos, los especialistas desentrañaron la historia demográfica de América del Sur con resultados inesperados, según comunicaron este martes.
La investigación no solo proporciona nueva evidencia genética que respalda los conocimientos arqueológicos disponibles de las migraciones de norte a sur, sino que también, por primera vez, evidenció migraciones en la dirección opuesta, desde el antiguo Uruguay a Panamá a lo largo de la costa atlántica (5.277 km), hace aproximadamente 1.000 años.
“Estos eventos regionales probablemente se derivaron de olas migratorias que involucraron a los primeros pueblos indígenas de América del Sur, cerca de la costa del Pacífico”, sostuvo el profesor Michael DeGiorgio, de la Universidad Atlántica de Florida (UAF), en EE.UU.
Los investigadores también encontraron fuertes señales genéticas de Australia y Papua Nueva Guinea (Australasia) en un genoma antiguo de Panamá. “Hay todo un Océano Pacífico entre Australasia y las Américas, y todavía no sabemos cómo aparecieron estas señales genómicas ancestrales en América Central y del Sur sin dejar rastros en América del Norte”, comentó el Dr. Andre Luiz Campelo dos Santos, de la UAF. Los resultados del estudio, se encuentran en proceso de revisión en ‘Proceedings of the Royal Society Biology’, serie Biological Sciences.
Otro elemento sorprendente fue el hallazgo de evidencia de ascendencia neandertal, humanos arcaicos extintos que se expandieron por Eurasia durante el Paleolítico inferior y medio, dentro de los genomas de individuos antiguos de América del Sur.
Sin embargo, los especialistas detectaron una mayor ascendencia denisovana, de homínidos arcaicos extintos que se extendieron por Asia, que neandertal en los antiguos individuos de Uruguay y Panamá, lo que agregó más complejidad al entramado.
“Es fenomenal que la ascendencia de denisovanos haya llegado hasta América del Sur“, dijo el profesor John Lindo, de la Universidad Emory, EE.UU.
“La mezcla debe haber ocurrido mucho antes, quizás hace 40.000 años. El hecho de que el linaje de denisovanos persistiera y su señal genética apareciera en un individuo antiguo de Uruguay, que tiene solo 1.500 años, sugiere que fue un gran evento de mezcla entre una población de humanos y denisovanos”, explicó Lindo.