Cuando faltan seis días para elecciones de medio mandato decisivas para Joe Biden, los demócratas dan la voz de alarma sobre presuntos riesgos para la democracia y desglosan soluciones frente a la inflación galopante, el tema que realmente interesa a los votantes.
Biden “dijo claramente que la democracia estaba en peligro y no podemos pretender lo contrario”, según su portavoz, Karine Jean-Pierre, quien advirtió durante su informe diario que “un importante número de republicanos sugieren que no aceptarán el resultado” de estas elecciones.
El demócrata de 79 años sumó a su agenda del miércoles un discurso de campaña al final del día en Washington sobre los “desafíos que las elecciones de la próxima semana representan para la democracia”.
Durante estas elecciones que se celebran a mitad del mandato presidencial, los estadounidenses renuevan la totalidad de los 435 escaños de la Cámara de Representantes estadounidense y un tercio del Senado.
También está en juego toda una serie de gobernaciones y cargos locales.
Sin embargo, según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac publicada el miércoles, el 36% de los estadounidenses cree que la inflación es el problema más “urgente” que enfrenta el país y les preocupa sobre todo el precio del gas.
El segundo lugar, con solo el 10%, es para el derecho al aborto, en torno al cual los demócratas han tratado de movilizar a su base.
Antes de decidirse por hablar de inflación, los demócratas pasaron gran parte de la campaña abordando el derecho al aborto, el cambio climático y la guerra en Ucrania.
- “Pagar la compra” -Los republicanos, cada vez más confiados en sus posibilidades de privar al presidente demócrata de su mayoría en ambas cámaras del Congreso el próximo 8 de noviembre, le acusan de gestionar la economía de forma “cruel”.
En un intento por evitar el voto castigo, Biden se esfuerza por dar la impresión de que está cerca de la clase media frente a unas elecciones que suelen ser un referendo de facto sobre el inquilino de la Casa Blanca, y que generalmente benefician a la oposición.
“El presidente quiere ayudar a los hogares, mientras que los representantes republicanos quieren aumentar el costo de la vida y trabajan por los gigantes farmacéuticos y del sector petrolero”, dijo Karine Jean-Pierre en referencia a las reformas de la Casa Blanca sobre los precios de medicamentos y sobre la energía.
Por la tarde, después de que la Reserva Federal (banco central, Fed) estadounidense volviera a subir las tasas de referencia, el dirigente demócrata repetirá que sus grandes planes de inversiones “crean empleos bien remunerados” y permiten a los estadounidenses ahorrar.
“Es más dinero a fin de mes para pagar la compra, reparar el auto, hacer las compras navideñas para vuestros nietos”, dijo el gobernante en Twitter.
Pero el mensaje no acaba de calar.
Según los sondeos, la oposición republicana tiene muchas posibilidades de hacerse con la Cámara de Representantes (baja). Por su lado, el destino del Senado sigue siendo más incierto.
Ante el viento desfavorable, el Partido Demócrata recurrió a sus pesos pesados, como el expresidente Barack Obama (2009-2017), para movilizar a las bases.
“Si estás ansioso o frustrado en este momento, no te quejes. No hagas oídos sordos. No dejes que el otro lado te convenza de que tu voto no cuenta”, suplicó Barack Obama, quien el miércoles estará en el disputado estado de Arizona (suroeste).
- “Amenaza” para la democracia – La capital de ese estado, Phoenix, es la ciudad del país donde más subieron los precios: 13% en un año.
En Arizona todos los focos están puestos en el cargo de gobernador, donde la experiodista Kari Lake, figura emblemática del trumpismo, lidera en las encuestas frente a su rival demócrata.
Además de atacar a diario a Joe Biden por la forma en la que maneja el combate a la inflación, la candidata republicana sigue cuestionando los resultados presidenciales de 2020, alegando, sin pruebas, que le robaron la victoria a Donald Trump.
También amenaza con no reconocer el resultado de los comicios de la próxima semana, lo que da sudores fríos a los demócratas.
Sobre todo porque el expresidente Donald Trump, que nunca reconoció su derrota en las presidenciales de 2020, parece estar preparándose para impugnar el resultado de las elecciones, si fuera desfavorable para los republicanos.
“¡Aquí vamos de nuevo! ¡elección amañada!”, afirmó el martes el magnate republicano, omnipresente en la campaña, en su red social, Truth Social, en referencia a supuestas señales de fraude en el reciente voto por correo en el estado de Pensilvania, un estado clave en las elecciones venideras.
El número récord de candidatos que niegan la legitimidad de la elección de Joe Biden, la desinformación compartida a través de las redes sociales y las profundas divisiones políticas hacen que las autoridades teman actos de violencia al margen de los comicios.
Algunos funcionarios electorales observan un aumento de las amenazas e intimidaciones.
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