Dependencia hacia energías fósiles pone en riesgo salud humana, según un estudio

Dependencia hacia energías fósiles pone en riesgo salud humana, según un estudio

Expertos médicos denunciaron este miércoles que la excesiva dependencia del mundo a las energías fósiles, causantes del cambio climático, tiene efectos nocivos para la salud.

“El mundo está en un punto de inflexión. (…) Debemos cambiar. De lo contrario, nuestros hijos se enfrentarán a un cambio climático acelerado que amenazará su supervivencia”, advirtió Anthony Costello, profesor y copresidente del Lancet Countdown [cuenta regresiva de Lancet, en inglés].

Este estudio anual fue realizado por 99 expertos de 51 instituciones, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), bajo la supervisión del University College London.

La investigación, publicada unos días antes del inicio de la Conferencia de la ONU sobre el Clima (COP27) en Sharm el Sheij, revela que la mayoría de los países sigue destinando cientos de miles de millones de dólares en subvenciones a los combustibles fósiles.

Estas cantidades son comparables o incluso superiores a sus presupuestos sanitarios, indica el estudio.

Sin embargo, “la dependencia excesiva y persistente a los combustibles fósiles agrava rápidamente el cambio climático” y “provoca peligrosas consecuencias para la salud”, advierte.

  • Suben muertes relacionadas con el calor  –

El aumento de las temperaturas y de los fenómenos meteorológicos extremos — que se intensifican por el cambio climático — dejaron a casi 100 millones de personas más en situación de inseguridad alimentaria grave que en el periodo 1981-2010, señala Elizabeth Robinson, directora del Instituto de Investigación Grantham de la London School of Economics, una de las principales colaboradoras del informe.

Además, las muertes relacionadas con el calor aumentaron 68% entre 2017 y 2021 respecto al periodo 2000-2004. Por otro lado, la exposición humana a días de alto riesgo de incendio aumentó  61% respecto a períodos similares.

El cambio climático también tiene consecuencias en la propagación de enfermedades infecciosas, apunta el estudio.

El período propicio para la transmisión de la malaria aumentó en casi un tercio (32,1%) en algunas partes del continente americano y en 14% en África durante la última década, comparado con el período 1951-1960. 

A nivel mundial, el riesgo de transmisión del dengue aumentó un 12% en ese periodo.

“La crisis climática nos mata. No solo daña la salud de nuestro planeta, sino también la de todos sus habitantes (…) mientras la adicción a los combustibles fósiles se vuelbe incontrolable”, reaccionó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Hace un año, la OMS había calculado que entre 2030 y 2050, cerca de 250.000 muertes adicionales al año podrían atribuirse al cambio climático.  

  • Descarbonizar la energía –

Los países contribuyen ellos mismos a estas crisis sanitarias ya que subvencionan las energúas fósiles, recalca el estudio. 

De los 86 gobiernos analizados, 69 subvencionaron la producción y el consumo de combustibles fósiles, por un total neto de 400.000 millones de dólares en 2019.

Es por eso que, “la intensidad en carbono del sistema energético mundial (el sector que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero) disminuyó menos del 1% en comparación con 1992”.

“Al ritmo actual, una descarbonización completa de nuestro sistema energético llevaría 150 años”, apunta el informe.

Paul Ekins, profesor de Recursos y Política en la Bartlett School del University College de Londres, cree que las “estrategias actuales de muchos gobiernos y empresas encerrarán al mundo en un futuro fatalmente más cálido” y afianzará aún más el uso de combustibles fósiles. 

Estos, opina, “están cerrando rápidamente las perspectivas de un mundo habitable”.

Ante esta perspectiva, los autores del estudio piden una “respuesta centrada en la salud”. 

La mejora de la calidad del aire evitaría hasta 1,3 millones de muertes por exposición a los combustibles fósiles sólo en 2020. 

Y acelerar el cambio a dietas basadas en plantas podría reducir las emisiones agrícolas en 55% y evitar hasta 11,5 millones de muertes anuales relacionadas con la alimentación.

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© Agence France-Presse