El presidente chino Xi Jinping, estaba listo el domingo para asegurar un tercer período en el poder, lo que afianzaría su posición como el líder más influyente del país desde el fundador Mao Zedong.
Xi debe ser presentado nuevamente como secretario general del gobernante Partido Comunista, inclinando al país de vuelta a un gobierno unipersonal después de décadas de poder compartido entre la élite.
Su designación pondrá fin al congreso del Partido Comunista, celebrado en Pekín a lo largo de la última semana, que deberá también aprobar un profundo reacomodo en el poder con la renuncia de varios altos cargos.
Pero en una inesperada acción en el Gran Salón del Pueblo, el exgobernante Hu Jintao fue retirado el sábado de la ceremonia de clausura.
El exlíder de 79 años pareció renuente a dejar su puesto de primera fila donde estaba sentado junto a Xi.
Medios estatales informaron la noche del sábado de que Hu insistió en asistir a la sesión pese a no estar bien de salud.
“Al no sentirse bien durante la sesión, su personal, por su salud, lo acompañó a una sala adyacente al encuentro para que descansara. Ahora está mucho mejor”, informó en Twitter la agencia noticiosa oficial Xinhua.
Los delegados también eligieron a un nuevo Comité Central de unos 200 altos cargos partidarios, quienes se reunirán el domingo para elegir al Comité Permanente, la cúspide del poder político chino que tendrá a Xi al frente.
El Comité Permanente deberá ser presentado a medios extranjeros y locales en una conferencia de prensa a alrededor de mediodía (04H00 GMT) en el Gran Salón del Pueblo de Pekín.
La lista de nuevos cargos del Comité Central reveló horas antes que cuatro de los siete miembros del Comité Permanente serán sustituidos, lo que permitirá a Xi colocar a sus allegados.
“De cualquier forma que lo mires, es casi una victoria total para Xi”, indicó Willy Lam, analista político de la Universidad China de Hong Kong.
La movida permitirá a Xi llegar tranquilo a su tercer período presidencial, que deberá ser anunciado formalmente durante las sesiones legislativas anuales de marzo.
El anuncio podrá fin a una semana triunfal en la que el alto mando chino exaltó su gestión al frente del país los últimos cinco años.
En su discurso inaugural del XX Congreso, el domingo pasado, Xi destacó los logros del partido al tiempo que citó problemas internos como la economía estancada y el daño causado por su rígida política de cero covid.
En el mensaje con mucha retórica ideológica y pocas políticas, Xi urgió a los miembros partidarios a hacerle frente a numerosos desafíos, como el endurecimiento del clima geopolítico.
Analistas estaban atentos a si se enmendaba la carta del partido para consagrar el “Pensamiento de Xi Jinping” como filosofía rectora, algo que pondría a Xi a la altura de Mao.
Eso no ocurrió, aunque la resolución sí calificó el credo como “el marxismo de la China contemporánea y del siglo XXI”, añadiendo que “encarna la mejor cultura y la ética de esta época”.
En 2018, Xi abolió el límite de dos mandatos presidenciales consecutivos, con lo cual abrió el camino para gobernar indefinidamente.