LONDRES. La primera ministra británica Liz Truss renunció el jueves, reconociendo lo inevitable luego de un turbulento mandato de seis semanas en que sus políticas trastocaron los mercados financieros y una rebelión en su partido la dejó sin autoridad.
“No puedo cumplir con el mandato sobre el cual fui elegida”.
Declaró la mandataria.
Apenas el día anterior Truss había jurado seguir en el cargo, diciendo que “soy una luchadora, no una cobarde”.
Por otra parte, Truss se vio obligada a abandonar muchas de sus políticas económicas y perdió el control de la disciplina dentro de su Partido Conservador.
Liz Truss, admitió la derrota luego de las conversaciones de crisis con los jefes Tory en Downing Street y con parlamentarios en abierta insurrección.
Después de solo 44 días en el número 10, la primera ministra subió a un atril frente a la famosa puerta negra para confirmar su partida, sellando su destino como la primera ministra con menos tiempo en la historia política moderna.
Al revelar que había informado al rey de su decisión, dijo: “No puedo cumplir con el mandato, permaneceré como primer ministro hasta que se elija un sucesor”.
Su salida deja al partido dividido y en busca de un líder que pueda unir a sus facciones rivales.