El ejército británico forma a reclutas ucranianos en Inglaterra

El ejército británico forma a reclutas ucranianos en Inglaterra

Con los rostros manchados de barro, reclutas ucranianos cruzan una llanura rifle en mano. Pero no están en Ucrania sino en terrenos usados por el ejército británico en Inglaterra, adonde viajaron para mejorar sus habilidades en el campo de batalla.

En una importante colaboración con el ejército británico, estos civiles recientemente reclutados por las fuerzas armadas de Ucrania aprenden a manejo de armas, técnicas de socorrismo y simulación de combate antes de ir al frente.

El primer grupo llegó en julio al Reino Unido, que se ha comprometido a formar hasta 19.000 ucranianos, 5.700 de los cuales ya recibieron entrenamiento. 

Aquí, los soldados participan en ejercicios realistas con explosiones de munición y vehículos militares.

El grupo tiene poca o ninguna experiencia militar y sólo cinco semanas para desarrollar habilidades de combate de alto nivel.

“Antes de que comenzara la invasión, yo era un civil más”, explica uno de los reclutas, apodado Panda, con la cara embadurnada de barro.

Pero “después de la invasión, ya no podía seguir así, no podía vivir una vida civil. Así que me alisté en las filas de las fuerzas armadas ucranianas”, afirma este hombre, que trabajaba como ingeniero antes de la guerra.

“Estoy listo para ir al campo de batalla y poner en práctica todo lo que he aprendido”, asegura.

– Sobrevivir y atacar –

Las dos principales habilidades que aprenden aquí “son cómo sobrevivir en un campo de batalla y cómo ser lo más letal posible en un combate cuerpo a cuerpo”, explica el teniente coronel Kempley Buchan-Smith, comandante del batallón británico de infantería 5 Rifles. 

Los reclutas ucranianos se someten a un “programa de entrenamiento exhaustivo” que incluye manejo de armas, guerra urbana y de trincheras, primeros auxilios y las normas de los conflictos armados según el derecho internacional.

Durante los ejercicios de entrenamiento, “podemos ver la precisión de sus disparos en vivo y darles la capacidad de atacar a objetivos cuando estos se presenten”, explica Buchan-Smith.

Las tropas se agazapan detrás de los sacos de arena y responden al fuego “enemigo”.

De repente, los soldados deben ocuparse de una “baja” civil, un hombre -un actor- que yace cerca de los arbustos.

Los soldados colocan un apósito y una venda en una herida, pero el instructor británico les señala que no lo han hecho correctamente.

“Todo el mundo necesita formación”, dice uno de los oficiales ucranianos que supervisa el entrenamiento, cuyo nombre de guerra es Neptuno. “Sobre todo en una situación tan difícil e imprevisible”.

Los reclutas vuelven después a Ucrania con un equipamiento donados por el ejército británico, que incluye chaleco antibalas y casco.

– “Seguir avanzando” –

El entrenamiento se adapta a la situación en el terreno, donde las tropas ucranianas han conseguido recientemente arrebatar territorio al ejércitio ruso.

Así, “hemos cambiado la naturaleza del entrenamiento para que sea más ofensivo por naturaleza”, precisa Buchan-Smith, para “que estén totalmente preparados para seguir avanzando”. 

Más tarde, el grupo se sienta en el suelo para recibir una clase sobre vehículos militares, incluido el vehículo anfibio de diseño soviético MT-LB y el sistema de misiles tierra-aire SA-13. 

Un intérprete ucraniano ayuda al oficial británico.

También se muestra al grupo un sistema portátil de misiles antitanque FGM-48 Javelin estadounidense.

La formación se basa en un programa existente para entrenar a las tropas ucranianas llamado Operación Orbital, que comenzó en 2015 y ya ha instruido a más de 22.000 soldados.

Uno de los instructores británicos, el suboficial Suren Ball, elogia a estos reclutas “dispuestos a aprender”.

“He visto lo que progresan desde el primer día hasta la quinta semana: ha sido absolutamente inmenso”, afirma.

Desde la invasión rusa en febrero, el Reino Unido ha apoyado firmemente a las fuerzas armadas ucranianas y el jueves anunció que les suministrará misiles de defensa aérea y, por primera vez, cohetes capaces de derribar misiles de crucero.