Estados Unidos. Gracias a un pesado maletín de cuero apodado “pelota de football” y una tarjeta de identificación llamada “galleta”, en cuestión de minutos, desde donde sea que se encuentre, el presidente de Estados Unidos puede decidir lanzar un ataque nuclear.
La Constitución otorga al Congreso el poder de declarar la guerra y atribuye al mandatario la condición de “comandante en jefe”, dándole competencia en materia nuclear.
El jefe de Estado puede consultar opiniones antes de decidir un ataque, pero sólo él puede usar la “pelota de football”.
Cada vez que Joe Biden se desplaza, lo sigue un militar que carga el pesado maletín negro, ya sea en helicóptero, avión, coche o incluso el elevador.
Con el avión presidencial Air Force One y “The Beast” -el Cadillac blindado del presidente de Estados Unidos-, el maletín es el atributo por excelencia del poder presidencial.
– Plaza Roja –
Desde su primera aparición durante la presidencia de John Fitzgerald Kennedy (1961-1963), la “pelota de football” recorrió Estados Unidos y el mundo, atravesando incluso la Plaza Roja durante el encuentro en 1988 entre el presidente Ronald Reagan (1981-1989) y el líder soviético Mijaíl Gorbachov (1985-1991).
El contenido del maletín, de unos 20 kilos, reforzado con acero, es secreto. Pero según diversos testimonios y artículos de prensa, se sabe que no contiene un botón rojo, sino más bien códigos y listas de objetivos y estrategias.
Para activar el procedimiento, el presidente debe identificarse con una “galleta”, un código impreso en un soporte plástico del tamaño de una tarjeta de crédito, del que nunca debe separarse… en teoría.
Pero la historia reboza de incidentes más o menos comprobados. Jimmy Carter (1977-1981) habría por ejemplo olvidado su tarjeta en el bolsillo de un traje que mandó a limpiar. Mientras que los médicos que atendieron a Ronald Reagan luego de una intento de asesinato pocas semanas después de asumir en 1981, la habrían dejado entre su ropa apartada a toda prisa, antes de que la encontrara el FBI.
Estos códigos permiten al Estado Mayor verificar que la orden provenga del presidente. Luego transmitida a un submarino o a un centro de lanzamiento terrestre para ser ejecutada en cuestión de minutos.
Estados Unidos dispone, según un inventario de la revista científica “Bulletin of Atomic Scientists”, de 3.708 cabezas nucleares, de las cuales 1.744 están actualmente desplegadas.
– Salvaguarda –
La llave nuclear nunca se queda sin alguien a cargo. Cuando Joe Biden fue anestesiado para un examen médico en noviembre de 2021, la vicepresidenta Kamala Harris fue su titular durante un momento.
Los exabruptos de Donald Trump (2017-2021), que se jactó en Twitter de tener un “botón nuclear más gordo” que el de Corea del Norte, reabrieron el debate sobre esta imponente responsabilidad.
Si la orden del presidente es considerada como incontestable e irreversible, no es él quien lanza materialmente el ataque nuclear. La “cadena de mando” que dirige es humana.
“Pensamos mucho en ello”, dijo en 2017 John Hyten, exjefe del centro de mando nuclear del ejército estadounidense. “Si (la orden es) ilegal, ¿qué cree que sucederá? Yo digo ‘Señor presidente, es ilegal'”.
La Constitución prevé una última salvaguarda en su 25ª enmienda: en caso de incapacidad física o mental del “comandante en jefe”, será reemplazado por el vicepresidente.
Para ello es necesario que, de manera simplificada, el vicepresidente y una mayoría de ministros den cuenta de la incapacidad e informen al poder legislativo, lo que no puede ser objetado por el presidente.
Este recorrido institucional contrasta con la rapidez del procedimiento nuclear, concebido originalmente para responder a un ataque soviético masivo.
Biden heredó el poder nuclear de una manera totalmente inédita, ya que Trump no acudió a la ceremonia de investidura, lo que impidió la transmisión física del maletín y el proceso de identificación.
Según la prensa estadounidense, el republicano viajó a su residencia de Florida con el militar a cargo de la “pelota de football” y “la galleta”, mientras el presidente recibió los mismos atributos, pero inactivos.
El poder nuclear cambió finalmente de mano el 20 de enero de 2021 a mediodía, cuando Biden fue investido como el presidente número 46 en la historia de Estados Unidos.