Miles de personas se manifestaron este sábado en ciudades de todo Estados Unidos para protestar por la anulación del derecho federal al aborto por parte de la Corte Suprema y para instar a los votantes a que acudan a una “ola azul” demócrata en las elecciones clave de mitad de mandato del próximo mes.
En Washington, una multitud, en su mayoría mujeres, coreó “no volveremos atrás” mientras marchaba con carteles pidiendo un “tsunami feminista” e instando a la gente a “votar para salvar los derechos de las mujeres”.
“No quiero tener que volver a una época diferente”, dijo a la AFP Emily Bobal, estudiante de 18 años.
“Es un poco ridículo que todavía tengamos que hacer esto en 2022”, dijo, añadiendo que le preocupa que el alto tribunal, dominado por los conservadores, pueda poner en la mira al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Varios manifestantes llevaban brazaletes o pañuelos verdes, color que simboliza el derecho al aborto. Otros vestían de azul -el color del Partido Demócrata-, con enormes banderas y pancartas en las que pedían una “ola azul” simbólica de votantes que acudieran a las urnas el 8 de noviembre.
Unos pocos hicieron acto de presencia y se manifestaron en contra, algunos instando a la multitud a “encontrar a Jesucristo”, mientras otros gritaban que “el aborto es un asesinato”. Fueron recibidos con abucheos.
Concentraciones similares tuvieron lugar en ciudades como Nueva York y Denver.
Las encuestas muestran que los demócratas solo tienen una leve posibilidad de mantener el control de la Cámara de Representantes, pero sus chances son mejores en el Senado, dividido en partes iguales, donde la vicepresidenta demócrata Kamala Harris es el voto de desempate.
Mientras que los republicanos han hecho campaña sobre todo en torno a la subida de precios, la preocupación por la inmigración y la delincuencia, los demócratas liderados por el presidente Joe Biden quieren trasladar el debate al derecho al aborto y a la defensa de la democracia.
La Corte Suprema puso fin en junio a décadas de protección federal del derecho al aborto, dejando en manos de cada estado la posibilidad de establecer sus propias normas.
Desde entonces, varios estados liderados por republicanos han prohibido o restringido severamente el acceso al procedimiento, provocando una serie de desafíos legales.