Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, movilizaron este sábado a miles de seguidores en Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, antes de medir sus fuerzas el domingo, en la electrizante primera vuelta de las elecciones presidenciales.
Lula, de 76 años y favorito en los sondeos, lideró, subido en una camioneta, la “marcha de la victoria”, que recorrió una arteria cercana a la emblemática Avenida Paulista, escenario de las grandes manifestaciones en la megalópolis.
El exmandatario fue acompañado por miles de personas que ondearon banderas variopintas de centrales sindicales, colectivos LGBTI, grupos de negros y feministas, pero principalmente las rojas de su Partido de los Trabajadores.
Desde temprano, sus seguidores ambientaron su llegada con vítores de “¡Brasil, urgente, Lula presidente!” y “¡Jair, hora de salir!”, esperanzados en que su candidato gane la presidencia en la primera vuelta.
“Tengo esperanza de que (eso) ocurra”, expresó Ully Kotler, profesora de 29 años. “¿El resumen del gobierno de Bolsonaro? Una tragedia completa”.
A unos cinco kilómetros de la Avenida Paulista, Bolsonaro, de 67 años, chaqueta negra y sin casco, encabezó una caravana en moto hasta el Parque Ibirapuera, pulmón verde de Sao Paulo, donde lo aguardaban miles de simpatizantes. A lo largo de la vía, vestían camisetas amarillas y verdes y ondeaban banderas de Brasil, aplaudían, pitaban y pedían selfies con el mandatario.
“¡Lula ladrón, tu lugar es la prisión!”, gritaron los bolsonaristas mientras el presidente cargaba una bolsa con una foto de su rival izquierdista tras las rejas.
Bolsonaro tilda constantemente a Lula de “ladrón” y “expresidiario” recordando su condena por corrupción, que luego fue anulada por la corte suprema.
Ninguno de los candidatos discursó.
La ley electoral no permite que los candidatos pidan votos en la víspera de la elección. Los anuncios en radio y televisión están prohibidos desde el jueves, pero los eventos en persona y la distribución de material electoral están permitidos hasta la noche del sábado.
El presidente de extrema derecha ha recorrido varias ciudades del país sobre dos ruedas con sus seguidores, incluso en Guaranhuns, en Pernambuco (noreste), donde Lula creció antes de mudarse con su familia a Sao Paulo escapando de la pobreza.
Su equipo de campaña espera que esta ruidosa demostración otorgue un último impulso al excapitán del Ejército, que pasará la tarde en Santa Catarina, en el sureste, para un último acto que pondrá fin a mes y medio de campaña.
Bolsonaro recibió este sábado el apoyo de representantes de la ultraderecha mundial, especialmente del primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien lo consideró un “líder excepcional”.
“Tengo miedo de entrar en la izquierda sudamericana y que terminemos como Argentina, Chile o Venezuela” y “se estropee todo”, dijo Rodrigo Colombine, comerciante de 47 años que acompañó la caravana en Sao Paulo en su auto, decorado con una bandera de Brasil.
“Me gusta Bolsonaro, pero más que nada soy antilula”.
La carrera electoral tuvo este año un incremento de la seguridad, cuatro años después de que Bolsonaro fuera acuchillado en plena calle antes de las elecciones de 2018.
El sábado también se espera a final de la tarde la publicación del último sondeo del Instituto Datafolha, referencia en Brasil.
Esa encuestadora ubicó el jueves a Lula al frente con una amplia ventaja de 14 puntos sobre Bolsonaro, 48% a 34%.
Para obtener un tercer mandato desde el domingo, el expresidente (2003-2010) debe aunar al menos 50% de los votos válidos (sin nulos ni blancos).
En la encuesta del jueves, Lula aparecía justamente con 50% de esos votos. El margen de error es de más o menos dos puntos porcentuales, lo que crea incertidumbre sobre la posibilidad de un balotaje, previsto el 30 de octubre.
Las últimas horas de campaña “serán muy tensas, todo el mundo observará los más mínimos detalles que podrían mover la aguja para un lado u otro”, dice a la AFP Jairo Nicolau, politólogo de la Fundación Getulio Vargas.
La semana pasada, el jefe de Estado, que ha cuestionado repetidamente sin pruebas el sistema de urnas electrónicas en Brasil, afirmó que sería “anormal” que no obtuviera al menos 60% de los votos en la primera vuelta.
“Votemos todos en paz, seguridad y armonía”, escribió en un tuit el presidente de la justicia electoral, Alexandre de Moraes.
Los 156 millones de electores brasileños también elegirán el domingo la Cámara Baja del Congreso, un tercio del Senado y los gobernadores y asambleas legislativas de los 27 estados.
Los centros electorales abren a las 08H00 y cierran a las 17H00 locales (11H00-20H00 GMT), y los resultados se esperan en la misma jornada.