Moscú, Rusia. Las autoridades fieles a Moscú en las regiones ocupadas de Ucrania iniciaron este viernes referendos de anexión a Rusia, considerados ilegales por Kiev y sus aliados occidentales, que no reconocerán sus resultados.
Las votaciones celebradas en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk y en las meridionales de Jersón y Zaporiyia empezaron a las 05H00 GMT, indicaron las agencias de noticias rusas, y durarán cinco días.
Estos referendos añaden tensión a una semana marcada por la movilización de 300.000 reservistas anunciada por el presidente ruso, Vladimir Putin, que también amenazó con emplear su arsenal nuclear para proteger su territorio.
Las autoridades tienen previsto ir puerta a puerta durante cuatro días para lograr votos. Luego los colegios electorales abrirán el martes para que los residentes depositen sus votos en la última jornada de votación.
En Moscú también se puede votar en un edificio donde está la representación de la región autoproclamada de Donetsk.
Leonid, un militar de 59 años, dijo a la AFP que acudió a votar “sintiéndose feliz”. “En última instancia, las cosas avanzan hacia la restauración de la Unión Soviética. El referéndum es un paso hacia ello”, afirmó.
A principios de este mes, las fuerzas ucranianas recuperaron la mayor parte de la región de Járkov (noreste), una contraofensiva que ha permitido a Kiev retomar cientos de ciudades y pueblos que estuvieron bajo control ruso durante meses.
El viernes, la agencia de noticias rusa TASS mostró imágenes de funcionarios en los patios de los edificios de Donetsk notificando a los residentes por megafonía que la votación había comenzado.
Denis Pushilin, líder separatista prorruso de la región de Donetsk, parte de la región industrial del Donbás, dijo en un mensaje de Telegram que “El Donbás es Rusia”. “La voz de cada uno de vosotros confirmará la verdad”, aseguró.
– Una “farsa” –
Una hipotética integración en Rusia de estas cuatro regiones, que los observadores dan por sentada, implicaría que Moscú, siguiendo su doctrina, podría usar sus armas atómicas para defenderlas de la contraofensiva lanzada por Ucrania en el este y el sur del país.
“No podemos dejar al presidente Putin que se salga con la suya”, dijo en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acusando a Putin de “echar leña al fuego”.
Los referendos recuerdan lo ocurrido en 2014 en la península de Crimea, anexada a Rusia después de un voto considerado fraudulento por las capitales occidentales.
Esta semana, tras la convocatoria de estas votaciones el martes, los líderes occidentales denunciaron su carácter ilegítimo.
En la ONU, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, rechazó las acusaciones y culpó de la situación al “Estado totalitario nazi” de Kiev, acusándole de “rusofobia”.
Por su parte, la comisión de investigación de la ONU sobre Ucrania afirmó este viernes que “se cometieron crímenes de guerra” en el país, después de haber visitado 27 ciudades y localidades e interrogado a más de 150 víctimas y testigos.
En la regiones orientales de Donetsk y Lugansk, reconocidas como naciones independientes por Moscú justo antes de la invasión, los residentes deberán responder si respaldan “la entrada a Rusia”, según la agencia rusa TASS.
En Jersón y Zaporiyia, en el sur, las papeletas incluyen la pregunta: “¿Está a favor de la secesión de Ucrania, la formación de un Estado independiente y su unión a la Federación Rusa como miembro de la Federación Rusa?”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó los referendos de “farsa” y agradeció a sus aliados occidentales que condenaran “otra mentira rusa” en un video publicado el jueves.
Una hipotética anexión supondría una escalada mayor en el conflicto, especialmente después de que Putin dijera que protegería el territorio ruso con “todos los medios”.
El expresidente y actual número dos del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvedev, señaló que esto implicaba el uso de “armas nucleares estratégicas”.
Moscú comenzó el jueves su llamada obligatoria a filas, después de que Putin llamara a unos 300.000 reservistas para reforzar el esfuerzo de guerra.
El ejército ruso dijo que al menos 10.000 personas se habían presentado como voluntarios para luchar en las 24 horas posteriores a la orden de Putin.
Pero muchos hombres también estaban abandonando Rusia en masa antes de que se les obligara a alistarse, sobretodo hacia las exrepúblicas soviéticas que conceden la entrada sin visado.