New York, Estados Unidos. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ofreció este martes en la Asamblea General de la ONU “abrir sus puertas” a los religiosos católicos que “sufren persecución” por el régimen “dictatorial” del nicaragüense de Daniel Ortega.
“Brasil abre sus puertas para acoger a los padres y monjas católicos que han sufrido persecución del régimen dictatorial de Nicaragua”, aseguró el presidente en la tribuna de la ONU, en un discurso con tintes electorales en el que desgranó los logros obtenidos por su gobierno y en el que se declaró defensor incondicional” de la libertad de expresión y del derecho religioso en su país.
Su gobierno, dijo, “ha trabajado para traer el derecho a la libertad de religión al centro de la agenda internacional de los derechos humanos”, una garantía “esencial” de que “todos tienen derecho a profesar y practicar su orientación religiosa sin discriminación.
Brasil, que tradicionalmente es el primer en hablar en la apertura de la Asamblea General que dio inicio este martes en Nueva York, “repudia la persecución religiosa en cualquier lugar del mundo”.
Asimismo pidió “un alto el fuego inmediato” en Ucrania y abogó por que se mantengan los “canales de diálogo” para resolver un conflicto que ya dura 7 meses y cuyo impacto “nos sitúa a todos a contramano de los objetivos del desarrollo sostenible”.
Tras pedir una reforma del sistema de la ONU, Bolsonaro dijo que el “80% de la Amazonía sigue intocada” pese a las noticias de la prensa internacional en sentido contrario.
A escasas semanas de las elecciones del 2 de octubre, Bolsonaro que se juega la reelección ante el líder de la izquierda, el expresidente Luiz Lula da Silva, destacó que Brasil ha recibido a más de 350.000 venezolanos que “huyen de la violencia y el hambre” así como a haitianos, sirios, afganos y ucranianos.