“La línea de 750 kilovoltios (kV) reparada alimenta la mayor central nuclear de Europa (…) con la electricidad necesaria para asegurar el enfriamiento de los reactores y otras funciones de seguridad”, indicó la agencia nuclear de la ONU en un comunicado.
Desde que se desconectó de la red, la estación ha estado dependiendo de su propio suministro eléctrico para operar el mecanismo de seguridad esencial.
Los expertos temen que la alimentación interna de la planta se agote.
Zaporiyia, situada en el sur de Ucrania sobre el río Dniepr, fue capturada por las tropas rusas en marzo.
Desde entonces, los bombardeos en sus alrededores, de los que se culpan mutuamente Kiev y Moscú, hacen temer un desastre nuclear.
El OIEA visitó la central a principios de septiembre y dos de sus miembros se quedaron dentro para hacer un seguimiento permanente de la situación en el interior.