París, Francia |Se trate de fontaneros en Alemania, carteros en Estados Unidos, ingenieros en Australia, enfermeras en Canadá o albañiles en Francia, en todo el mundo la demanda de mano de obra aumenta, pero las empresas no pueden llenar los huecos en sus plantillas.
El director ejecutivo de la PME alemana de software Currentsystem23, Michael Blume, confiesa a la AFP que tiene “muchas dificultades para encontrar empleados”.
“Se mire por donde se mire, hay escasez de mano de obra calificada”, prosigue este empresario, que apunta a los problemas de formación en Alemania, donde en agosto estaban vacantes 887.000 puestos de trabajo, tanto en el ámbito social y de la construcción como de la informática.
Las cifras estadounidenses son aún más vertiginosas en un país donde los carteles que anuncian “¡Estamos contratando!” pululan frente a restaurantes o autobuses. Más de 11 millones de puestos estaban vacantes a finales de julio.
“Las empresas siguen diciendo en las encuestas de opinión mundiales que es muy difícil contratar” desde la pandemia, señala Ariane Curtis, economista de la firma Capital Economics en Toronto.
Señala graves dificultades entre los países desarrollados, así como en Europa del Este, Turquía y América Latina.
Según un informe de la OCDE de julio, las tensiones por las vacantes laborales aumentaron significativamente a fines de 2021 en Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Canadá en comparación con el período previo a la pandemia.
Educación, salud, turismo… –
En momentos de desaceleración de la economía mundial por la guerra de Ucrania, la escasez de trabajadores es tanto más preocupante ya que afecta a sectores tan variados como el profesorado en Texas, la hotelería en Italia o la salud en Canadá.
También desestabiliza el funcionamiento de muchas empresas: las farmacias de Wisconsin tienen que cerrar en determinados momentos por falta de farmacéuticos, las unidades asistenciales de los hospitales canadienses en Alberta por falta de médicos y los restaurantes de la “Sunshine Coast” australiana, cerca de Brisbane, por falta de camareros.
Los oficios llamados “de cuello blanco” también están experimentando una caída. “Antes, lo más difícil era encontrar empresas clientes. Ahora, encontrar a candidatos”, testifica Clément Verrier, quien codirige una firma parisina de selección de personal especializada en altos ejecutivos.
El sector “se enfrenta a un número sin precedentes de candidatos que desaparecen en medio del proceso de selección, sin siquiera volver a llamar”, añade.
Las fuentes son múltiples: jubilación anticipada, covid prolongado, salarios demasiado bajos, condiciones de trabajo demasiado difíciles, reorientaciones profesionales en nombre de una búsqueda de sentido, caída drástica de la inmigración debido a los confinamientos, mudanzas fuera de las grandes ciudades.
“La pandemia provocó un cambio fundamental en la mentalidad y las prioridades de los trabajadores”, dijo Bonnie Dowling, socia de la consultora McKinsey, quien realizó un estudio sobre las oleadas de renuncias en varias regiones del mundo.
Sin embargo, por el momento, “la patronal no va a la misma velocidad que estos cambios”.
Imaginación –
Las empresas ensayan medidas para atraer o retener empleados, empezando por aumentos salariales, que varían de un sector a otro.
El teletrabajo se está convirtiendo en un requisito previo en muchas profesiones, que también han visto surgir iniciativas como las licencias “bonificadas” o el tiempo otorgado por una causa personal.
“Hay que desplegar mucha imaginación” para seducir a los candidatos, señala el reclutador parisino Clément Verrier.
La inmigración también es una alternativa para un número creciente de países como Australia o España, que relajó sus reglas para regularizar a los indocumentados en el verano.
Alemania planea suavizar las condiciones para otorgar visas e incluso para naturalizaciones.
“Para muchas empresas, la búsqueda de mano de obra cualificada es una cuestión existencial”, destacó el ministro de Trabajo germano, Hubertus Heil.
“La gran pregunta es si lo que hemos estado viendo durante meses se calmará o no”, dijo Mike Smith, experto en reclutamiento internacional de Randstad Sourceright en los Países Bajos.
“No creemos que sea un cambio transitorio”, dijo. “Es más bien un cambio estructural en la manera en que los empleados encaran el trabajo” y esto requerirá que las empresas y los Estados se adapten a la nueva situación, señaló.