Tras la muerte de su madre la reina Isael, el príncipe Felipe finalmente se conviritó en rey del Reino Unido y otros 14 reinos, poniendo fin a una espera de 70 años – la más prolongada de un heredero en la historia británica.
Nacido en el Palacio de Buckingham el 14 de noviembre de 1948, Carlos se convirtió en heredero aparente a la edad de tres años cuando su madre heredó el trono tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI.
Estudió historia en el Trinity College de la Universidad de Cambridge y en 1970 se convirtió en el primer real británico en obtener un título universitario.
Su vida personal ha sido controvertida. Se casó con Lady Diana Spencer en 1981. El príncipe Guillermo, ahora heredero al trono, nació un año después, seguido de su hermano, el príncipe Harry, en 1984.
Pero el cuento de hadas público se desmoronó. En una entrevista de BBC TV en 1995, Diana describió “tres de nosotros”, refiriéndose a la aventura de larga data de Charles con Camilla Parker Bowles.
Muchos en el Reino Unido tardaron años en perdonar a Charles, especialmente después de que Diana muriera en un accidente automovilístico en París en 1997. Pero el estado de ánimo público se a Suavizó después de que él se casara con Camilla en 2005 y ella se convirtiera en duquesa de Cornualles.
La trágica muerte de Diana le llevaría a desempeñar un papel más activo en la vida de sus hijos, y se enterró en un trabajo filantrópico.
Patrón del Fondo Mundial para la Naturaleza, el Rey también es un generoso patrón de las artes, tiene un gran interés en preservar la arquitectura tradicional y es un jardinero entusiasta.
Pero es su pasión por los problemas ambientales y los productos agrícolas orgánicos, fundando la marca Duchy Originals para promover los alimentos orgánicos, lo que ha sido su principal preocupación.
También ha sido criticado por su interferencia política. En 2013, se reveló que Charles celebró 36 reuniones con ministros del gobierno en los tres años anteriores.
A los 73 años, Carlos es la persona más vieja que ha ascendido al trono británico.
Por: JORDI BOU
