El primer ministro israelí, Yair Lapid, se opuso este miércoles a que el soldado que disparó contra la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, muerta el 11 de mayo en Cisjordania ocupada, sea llevado ante los tribunales.
“No permitiré que un soldado que se estaba protegiendo de los tiros de terroristas sea procesado por la justicia solo para que nos feliciten desde el extranjero”, dijo Lapid durante una ceremonia militar.
“Oigo los llamados a que los soldados sean llevados ante la justicia por la muerte de Shireen Abu Akleh… nadie nos impondrá nuestras reglas cuando estamos luchando por nuestras vidas… nuestros soldados tienen el apoyo total del gobierno”, señaló Lapid.
La víspera, Estados Unidos había recordado “la importancia de que se rindan cuentas” en el caso de Abu Akleh, que trabajaba para la cadena catarí Al Jazeera, y “animó” a Israel a “revisar atentamente sus políticas en materia de reglas de compromiso [para los soldados]”.
El lunes, el ejército israelí reconoció que había una “alta probabilidad” de que sus fuerzas hubieran matado a Shireen Abu Akleh, pero no de forma deliberada.
La reportera de Al Jazeera murió a balazos el 11 de mayo mientas cubría una operación militar israelí en el campo palestino de Yenín, en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
Tras el deceso de la periodista, que llevaba un chaleco antibalas con la mención “prensa” y un casco, la Autoridad Palestina y Al Jazeera acusaron inmediatamente a las fuerzas israelíes de haberla matado.
La oficina de la fiscalía militar israelí afirmó el lunes que “no había sospechas de un acto criminal que justificara una investigación criminal por parte de la policía militar”, aunque haya una “alta probabilidad” de que soldados israelíes mataran a Shireen Abu Akleh.