Las cifras de la Secretaría de Estado de Seguridad (con datos de Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzaintza, Mossos d’Esquadra, Policía Foral de Navarra y cuerpos de Policía Local que vuelcan sus datos al sistema) evidencian el crecimiento de todos los delitos en España.
De acuerdo a los datos el tráfico de drogas aumentó solo un 3,9 por ciento y las lesiones y riñas tumultuarias casi se duplicaron 48,2 por ciento. Los hurtos crecieron un 44,6 por ciento, las violaciones se incrementaron un 26,8 y los robos con violencia e intimidación un 33; los asesinatos, un 11,3, en tanto hasta la fecha se calculan 158 crímenes.
El Ministerio del Interior español toma como referencia para comparar el mismo periodo de 2019, debido a las múltiples limitaciones que vivimos durante los dos años de pandemia y en base a esa comparativa establece que el crecimiento de los delitos fue del 5,3 por ciento en los meses equivalentes, los dos primeros trimestres. Y se apunta además a un descenso de la tasa de criminalidad en el segundo trimestre de 2022: 46,2 infracciones penales por cada mil habitantes, lo que supone 0,6 puntos por debajo de la de 2019. Esa tasa está en relación a la población total que, según los datos ofrecidos por el INE, aumentó en 34.110 personas durante 2021.
«Las estadísticas son muy relativas, no solo en España, las maneja quien tiene la responsabilidad de que bajen y eso siempre implica el peligro de ‘cocinarlas’ de forma más o menos consciente. No son demasiado objetivas, lo ideal es ponerlas en comparación», apunta el psicólogo criminalista Jorge Jiménez Serrano, que ha colaborado en algunos informes de la Secretaría de Estado de Seguridad.
Respecto al aumento de las agresiones sexuales cree que es «muy difícil» hallar una única causa que condicione el aumento o bajada de un fenómeno criminal. La mayoría de las violaciones dice, se producen en un contexto de ocio, fiestas, fines de semana, por personas que aprovechan la oportunidad y suele haber consumo de alcohol y/o drogas.
Las estafas informáticas suponen ya el 13,4 por ciento de todos los delitos cometidos el último año. El aumento ha sido continuo e imparable durante una década. En los últimos doce meses (de junio a junio) se registraron 236.451 delitos de este tipo, casi el doble que, durante 2019, año de referencia anterior a la pandemia cuando hubo 140.354.
Ese aumento del 68,5 por ciento no se da en ninguna otra tipología criminal. Pero, además, si se echa la vista atrás las cifras resultan aún más espectaculares. Hace una década, en 2012 se denunciaron 27.231 fraudes de este tipo, es decir, se han multiplicado por diez, en un crecimiento sostenido, especialmente acusado a partir de 2018. Durante 2020 los ciberdelitos continuaron su progresión ascendente, incoándose un 28,69% más procedimientos, pese a la pandemia.