Estados Unidos |El despegue del nuevo cohete lunar de la Nasa fue cancelado el sábado a último momento por segunda vez en una semana, postergando el inicio del programa Artemis para devolver a los estadounidenses a la Luna.
Pero tras más de tres horas de intentos para resolver una fuga de combustible durante el llenado de los tanques, la operación fue suspendida.
La directora de lanzamiento, Charlie Blackwell-Thompson, tomó la decisión final de cancelar el despegue desde el Centro Espacial Kennedy, Florida, dijo un comentarista de la NASA en una transmisión de video.
Un nuevo intento podría tener lugar el lunes o el martes, pero la agencia espacial estadounidense deberá analizar previamente todos los parámetros de la operación. Luego, la fecha más cercana sería el 19 de septiembre, debido a la posición de la Tierra y la Luna.
Cincuenta años después de la última misión Apolo, esta primera misión de prueba, sin tripulación a bordo, es la primera etapa del programa Artemis, cuyo objetivo es establecer una presencia humana duradera en la Luna y luego permitir que se utilice como un trampolín hacia Marte.
El cohete SLS naranja y blanco, que iba a salir, está en desarrollo desde hace más de una década con el objetivo de convertirse en el más poderoso del mundo.
Poco antes de las 06H00 locales, Charlie Blackwell-Thompson había dado el visto bueno para comenzar a llenar los tanques del cohete con su combustible criogénico: en total, unos tres millones de litros de hidrógeno y oxígeno líquidos ultrafríos.
Sin embargo, hacia las 07H15 se detectó una fuga al pie del cohete, en la tubería por la que el hidrógeno fluye hacia el depósito. El flujo se detuvo mientras los equipos buscaron, en tres ocasiones consecutivas, resolver el problema, “sin lograr hacerlo”, según tuiteó la NASA.
El lunes, un primer intento también fue cancelado a último momento por problemas técnicos, primero por un escape similar al del sábado, que fue superado, y luego con la refrigeración de los motores.
Seis semanas en el espacio
En pleno fin de semana largo en Estados Unidos se esperaba que unas 400.000 personas asistieran al despegue del cohete, fundamentalmente desde las playas de los alrededores. Numerosos astronautas se habían desplazado hacia el lugar.
Artemis 1 debe permitir verificar que la cápsula Orion, ubicada en la cima del cohete, tenga las condiciones de seguridad necesarias para transportar astronautas en el futuro.
Gracias esta nueva nave, la NASA espera relanzar la exploración humana lejana. La Luna está mil veces más alejada que la Estación Espacial Internacional.
Se espera que en total el viaje dure unas seis semanas.
Orión se aventurará hasta 64.000 kilómetros detrás de la Luna, más lejos que lo realizado por cualquier otra nave espacial habitable hasta el momento.
El objetivo principal de la misión de Artemis 1 es probar el escudo térmico de la cápsula, el más grande jamás construido.
En su regreso a la atmósfera terrestre, deberá soportar una velocidad de 40.000 km/h y una temperatura equivalente a la mitad de la que se registra en la superficie del sol.
La nave debería recorrer unos 2,1 millones de kilómetros hasta caer en el Océano Pacífico.
Alunizaje en 2025
Si la misión resulta completamente exitosa sería un alivio para la NASA, que contaba originalmente con lanzar el SLS en 2017 y habrá invertido de aquí a 2025 más de 90.000 millones de dólares en su nuevo programa lunar, según lo establecido por una auditoría pública.
El nombre Artemis fue elegido para evocar a una figura femenina, hermana gemela del dios griego Apolo, y en contrapunto al programa espacial que con ese nombre llevó al hombre a la Luna.
Apolo transportó a la superficie lunar, entre 1969 y 1972, solo a hombre blancos y ahora la NASA pretende que una primera mujer y una primera persona de color lleguen al satélite de la Tierra.
La próxima misión, Artemis 2, en 2024, transportará astronautas pero no alunizará. Ese honor será reservado para la tripulación de Artemis 3, que será lanzado no antes de 2025. Después, la NASA espera realizar aproximadamente una misión al año.
El plan de la agencia estadounidense es construir una estación espacial en la órbita lunar, llamada Gateway, y una base en la superficie de la Luna.
La NASA aspira a probar allí las tecnologías necesarias para enviar a los primeros humanos a Marte: nuevos trajes, un vehículo para desplazarse o un posible uso del agua lunar, entre otros objetivos.
Según el director de la agencia espacial, Bill Nelson, un viaje de ida y vuelta a Marte a bordo de Orion, que duraría varios años, podría ser intentado a fines de la década de 2030.